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El Leganés como palanca: Rodri Tarín y Borja Bastón se reencuentran con su exequipo en el Tartiere

El goleador quiere estrenarse ya, emulando el partido contra los pepineros del curso pasado, cuando dio el triunfo a los azules con un cabezazo

Rodrigo Tarín y Borja Bastón. MARÍA FUENTES

El partido de hoy ante el Leganés va a traer viejos recuerdos a dos de los miembros de la plantilla del Real Oviedo. Borja Bastón y Rodrigo Tarín se reencontrarán sobre el césped del Carlos Tartiere con sus excompañeros del conjunto pepinero, equipo del que llegaron ambos procedentes hace una temporada y media campaña, respectivamente.

Los aficionados carbayones están deseosos de que se cumpla la famosa "ley del ex", que dice que cada vez que un jugador se mide a su exquipo consigue dejar el balón en el fondo de la red rival. Así fue el caso el curso pasado de Bastón, nuevo capitán azul. El delantero madrileño conectó un cabezado a centro de Lucas Ahijado que a la postre sirvió para dar los tres puntos a los ovetenses, que llegaban al encuentro ya con el derbi en el horizonte.

Aunque la costumbre dice que no se suelen celebrar los goles ante los equipos de los que has lucido la camiseta, Bastón no se pudo contener. El punta se lanzó a festejar su tanto con los aficionados azules, señalándose el escudo y desaando la locura en el fondo del Tartiere. Para ponerlo en contexto, el Oviedo, este encuentro ante el Leganés era el previo a medirse al Sporting en el Molinón, por lo que ese tanto supuso una conjura entre afición y plantilla de cara a una cita tan importante, como se vio reflejado en la conexión de dicha celebración. Rodri Tarín también estaba presente en aquel partido, pero en su caso tuvo que verlo desde la grada.

El Leganés fue el equipo que devolvió a Bastón la sonrisa, aunque de manera tímida. Tras el fracaso de su aventura por las islas británicas, coleccionando varias cesiones mientras era futbolista del Swansea City, el conjunto madrileño le abrió las puertas de la Segunda División. Su rendimiento como pepinero fue correcto, sumando 5 goles y 3 asistencias, números que, como se ha visto en el Oviedo, se quedan cortos para un delantero de su talla. El punta pagó el no poder hacer la pretemporada con el resto de sus compañeros del equipo madrileño, lo que provocó que le costase coger el ritmo de competición, como demuestra que solo salió en el once titular 25 veces, más o menos la mitad de la temporada. Eso sí, ya dejó un detalle para la afición azul anotando de penalti un gol al Sporting que supuso el empate a uno. Sin saberlo, ya empezaba a conectar con el Oviedo.

Rodri Tarín, por su parte, estuvo tres temporadas y media vistiendo la camiseta blanquiazul. Para el central valenciano esa fue su primera experiencia en la élite, tras salir del filial del FC Barcelona, aunque su éxito fue menor. El Leganés en aquel momento estaba en Primera División, lo que dificultó su adaptación. Aun así, Tarín sumó 18 encuentros en su debut con los pepineros, siendo titular en encuentros importantes como ante el Atlético de Madrid o el propio Barça.

En su segundo año perdió protagonismo, acompañado por la mala racha que azotó al club y que finalizó con su descenso a Segunda División. Pero lo que para unos es una desgracia para Tarín fue un rayo de esperanza. El central decidió quedarse en la nave madrileña a pesar del cambio de categoría y se hizo con un hueco en el once titular. El Leganés firmó una gran campaña, finalizando tercero, y uno de los jerarcas de su zaga, ya que fue uno de los equipos menos goleados de toda la temporada, fue el defensor valenciano. Su etapa como jugador del sur de Madrid terminó en el último mercado de invierno, cuando Tarín hizo las maletas para irse a la capital del Principado.

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