El orgullo de los homenajeados: de las palabras de Marianín al agradecimiento de las familas

Familiares de Emilín y Falín, frente a la puerta número 6. | N. A.

Familiares de Emilín y Falín, frente a la puerta número 6. | N. A.

Nacho Azparren

Nacho Azparren

La "deportividad y generosidad" de Emilín y Falín

Emilín y Falín habrán visto allá donde estén el homenaje que ayer le tributaron las peñas y el club y habrán sentido un orgullo indescriptible. No solo por su legado futbolístico, que también, sino por la herencia humana. Solo había que echar un vistazo a la amplia delegación de descendientes y amigos que ayer se dieron cita en el Tartiere para participar en el acto. Joana Giorgio, esposa de uno de los hijos de Falín, fue la elegida por la familia para ponerle voz: "Después de 35 años en esta familia he aprendido todos los valores que Emilín y Falín transmitían: la deportividad y la generosidad son su mejor legado". Joana destacó la huella en el fútbol que mantiene la familia, con Santi García-Barrero, exjugador del Oviedo; Pelayo Botas, coordinador de la escuela de fútbol de La Fresneda; o Juancho, delantero que triunfa en Estados Unidos. Además, tuvo un emotivo recuerdo hacia Jesús García-Barrero, el que fuera psicólogo deportivo, hijo de Falín, fallecido en 1998.

Marianín: "El mayor orgullo es el cariño que recibo 50 años después"

Marianín tiró de guion escrito para agradecer el trato de Oviedo hacia su figural. En realidad, ya se ha cansado de repetir las mismas palabras, porque en los últimos tiempos se suceden los homenajes hacia su figura. Pero a Mariano se le sigue notando emocionado cuando le hablan de su paso por el Real Oviedo, el club que más le marcó y que le permitió convertirse en Pichichi de la Primera División en la 72/73. «Es un orgullo y un honor que el club y las peñas del Oviedo se hayan acordado de mí para un evento tan especial como este. Puedo decir que jugué muchas veces en el antiguo Tartiere y pude marcar muchos goles que me permitieron alcanzar grandes metas, como ser el autor del gol mil del Oviedo en su historia, o el hat-trick en San Mamés. Pero lo que más me enorgullece es el cariño que me demuestra la gente 50 años después», pronunció ante los presentes.

"¡Hala Oviedo! ¡Hala Pelayo!"

Tras las palabras de los homenajeados, la comitiva azul, con la directiva al frente, se dirigió al "Bosque Oviedista" que emerge junto al estadio. Allí, y desde hace algunos años, se planta en cada celebración un carbayu más. Tocaba el 97.º, uno con una emoción especial pues servía para honrar la memoria de exjugador azul Pelayo Novo, fallecido recientemente. Su mujer Itziar López y su padre Juan Novo tomaron la pala primero, después lo harían algunos de sus amigos, para dejar el carbayu erguido en recuerdo a Pela. La APARO, además, incluyó en el homenaje una placa con la frase: «El fútbol es más que el resultado, ir al Tartiere para mí es algo irracional. Eterna sonrisa, Pelayo Novo». Los familiares presentes agradecieron el gesto que las peñas y el club habían tenido hacia Pelayo y el acto se cerró con una sentida ovación solo interrumpida por un grito espontáneo: «¡Hala Oviedo! ¡Hala Pelayo!».

El premio a los aficionados viajeros

Laureano García y Maida López protagonizaron ayer, a eso de las 5 de la tarde, uno de los momentos más festejados en la celebración del cumpleaños azul. Ellos han sido los elegidos para ser galardonados con el «Trofeo Herrerita» que entregan las peñas del Oviedo cada edición a una persona o institución por sus actos en favor del oviedismo. Los méritos de esta pareja de Figueras, Castropol, aunque residentes en Torrelavega (Cantabria), son los de asistir a la inmensa mayoría de encuentros del club azul, ya sea en el Tartiere o en cualquier otra provincia del suelo nacional. La pareja de seguidores se impuso en la votación final a las candidaturas de la Fundación Real Oviedo y a Gabri Díaz, fisio del primer equipo desde hace varios años. Antes, habían caído los otros que optaban al galardón: Tartiere Auto y el Vetusta. Los aficionados fueron ovacionados por una hinchada que a estas alturas de la tarde llenaba la carpa dispuesta junto al campo.

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