El Oviedo pierde una gran oportunidad: derrota en Alcorcón (1-0)

Los azules, densos en el juego, marcaron dos veces pero estaban en fuera de juego y los locales aprovecharon la suya: paso atrás en la tabla

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Fue una cuestión de centímetros, suele suceder en el fútbol. El éxito o el fracaso pende de una fina línea. Los centímetros que decidieron que Alemão estaba adelantado en el gol (anulado) a Cazorla. Los que le sobraron a Masca para no incurrir en fuera de juego en su tanto (anulado). También ese detalle de centímetros ayudó al disparo de Mosquera para colarse en la meta de Román en la única clara de las que gozó el Alcorcón. El 1-0 lastra de forma importante las aspiraciones del Oviedo a pelear por el ascenso.

Alcorcón
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Real Oviedo
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1-0, min. 78: Mosquera.

Alineación Alcorcón


Jesús Ruiz (1);
Iago López (1), Rivas (1), Chema (1), Morillas (1);
Víctor (1), Eteki (1), Javi Pérez (1), Addai (1);
Chiki (1), Jacobo (1).

CAMBIOS

Juanma (1) por Addai, min. 65.
Mosquera (2) por Eteki, Obi (1) por Jacobo y Vico (1) por Chiki, min. 73.
Castro (s.c.) por Víctor, min. 90.

Alineación Real Oviedo

Leo Román (1);
Viti (1), Luismi (1), Calvo (1), Bretones (1);
Jimmy (1), Colombatto (1);
Paulino (1), Cazorla (1), Moyano (1);
Alemão (1).

CAMBIOS

Masca (1) por Paulino, min. 57.
Borja Sánchez (1) por Moyano y Seoane (1) por Cazorla, min. 68.
Borja Bastón (1) por Alemão y Dubasin (1) por Jimmy, min. 81.


Quintero González (comité andaluz). Amonestó a los locales Eteki y Obi y a los visitantes Bretones y Seoane.

Santo Domingo: ante unos 3.000 espectadores, con más de 500 oviedistas en la grada.

Explicado el factor suerte -o de precisión en centímetros- también hay que subrayar que el Oviedo no tuvo su día. Estuvo denso en la construcción, plano en tres cuartos y sin chispa en los últimos metros. Esta vez no funcionó ni el plan A ni el B, atascado el equipo en el campo de minas que había preparado Nafti en el incómodo Santo Domingo. Era un día para dar un paso adelante y salió un salto hacia atrás.

El primer tiempo fue un combate nulo en toda regla. No arriesgó nada el Alcorcón, consciente de que salir a morder podría ceder espacios en los que mata el Oviedo. Tampoco lo hicieron los azules, con la posesión más como arma defensiva que de dañar al rival. Las cosas solo se agitaron, muy poco en todo caso, ante alguna pérdida de los de Carrión o en alguna fisura del muro construido con Nafti.

En ese juego de errores pareció más cómodo el Alcorcón. No mucho, pero algo más. También podría tratarse de una estrategia azul: viendo los precedentes en las primeras partes, no ir perdiendo ya era algo positivo.

Un centro lateral de los locales y una llegada cerrada de forma inocente por Paulino fue lo único que llevarse a la boca en el primer cuarto de hora. Más que en un campo de fútbol, el partido parecía jugarse en un tablero de ajedrez. Eufemismo empleado para decir que el partido era un plomazo.

Al menos, al Oviedo le quedaba el recurso a darle balones a Santi Cazorla, faro de cada ataque, pero con poco movimiento de los de arriba poco pudo inventar el internacional.

Lo más parecido a una ocasión azul en el primer acto llegó a los 24 minutos. Moyano por fin logró zafarse de su jaula, centró y Alemão, sin rematar limpio, la mandó cerca del poste. El brasileño había sido una de las novedades en el once, junto a Paulino en la derecha y a Jimmy, con Luismi como compañero de Calvo en la retaguardia.

Tampoco es que peligrara en ningún momento el choque para los de Carrión. Solo inquietó el Alcor en alguna carrera al espacio y centro. Víctor y Jacobo fueron los únicos en intentar molestar la tarde apacible de Román. Entre medias, Jimmy casi encuentra un premio inesperado con un centro frontal que se fue envenenando hasta casi acariciar la escuadra.

Antes del descanso, un par de amagos. Víctor, tras rechace en un córner, y Paulino, centro cerrado. Sin daños al descanso. La sensación era que tanto Nafti como Carrión habían decidido jugárselo todo a un partido reducido de 45 minutos.

Esperaba el aficionado más acción tras el receso y no tardó en llegar. A los 53 minutos, Alemão enfiló el área y recortó en una baldosa. El defensa se pasó de frenada y cedió al frontal. Remató Cazorla, la pelota tocó en un defensa y se coló en la red. Ya había celebrado el tanto el Oviedo, con euforia por el estreno de Santi, cuando el VAR detectó la posición adelantada en el inicio de la jugada. Un chasco para el Oviedo.

Reaccionaron bien los azules, sin embargo, más activos en el primer acto. Tras una caída de Alemão sin sanción agitó más las cosas Carrión con la entrada de Masca por Paulino.

El dominio siguió siendo azul. Claro, además. Solo que esta vez se rodó todo mucho más cerca del área alfarera. Cazorla filtró un pase a Moyano a los 66, pero el extremo tardó en ejecutar y la defensa rechazó. De ese córner, salió otra. El rechace le cayó a Bretones, que centró: Masca lo recogió para anotar por la escuadra. El árbitro señaló fuera de juego, otro, y el VAR, tras tensa espera, lo confirmó.

No parecía mal posicionado el Oviedo cuando llegó el golpe fatal. Una diagonal desde la defensa, esa que tanto había insistido Carrión durante la semana en El Requexón, superó a Bretones y fue devuelta a la frontal. Mosquera controló solo y definió a la red, previo roce en Luismi. El 1-0 dejaba groggy al Oviedo, que se lanzó a buscar al menos el empate.

Lo hizo acumulando más delanteros que juego y ocasiones, síntoma del daño que había hecho el zarpazo alfarero. Pidió el Oviedo una mano en el área alfarera que no decretó el colegiado. Masca tuvo la última tras dejada de Bastón, pero Ruiz despejó firme junto al palo confirmando que, por lo que sea -fútbol o fortuna- no era el día del Oviedo.

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