Piragüismo

El crecimiento imparable del Grupo Ribera de Arriba: "Es una forma de vida"

El desarrollo del Grupo Ribera de Arriba en los últimos años le permite contar con grandes promesas: «Dimos con la tecla»

Arriba, foto de familia del Grupo Ribera de Arriba en el Provincial de Palencia. Abajo, Guillermo Fidalgo y Raúl Delgado en una prueba. | G. R. A.

Arriba, foto de familia del Grupo Ribera de Arriba en el Provincial de Palencia. Abajo, Guillermo Fidalgo y Raúl Delgado en una prueba. | G. R. A. / Javier Sámano Lucas

Hablar de Ribera de Arriba es hablar de una escuela de piragüismo que lleva con orgullo el nombre del concejo: Grupo Ribera de Arriba. La incidencia de la escuela se siente con fuerza en el día a día de los riberanos. «Damos mucha vida al pueblo -asegura Faustino Santos, presidente de la escuela desde hace seis años-. Tenemos algo más de treinta niños y niños, desde prebenjamines hasta cadetes, y unos 110 socios en total, y eso genera mucha actividad en la zona. Por ejemplo, al acabar de entrenar, los niños están con ‘fame’ y se quedan con sus familias a tomar algo. La chica del bar de al lado me dijo que le dábamos la vida».

Una escuela que crece y crece

Una escuela que crece y crece / Javier Sámano Lucas

En los últimos años, el crecimiento del Grupo Ribera de Arriba, que nutre de palistas al Oviedo Kayak, es espectacular. En la última liga de promoción -que computa desde prebenjamín hasta alevín- los riberanos finalizaron en cuarta posición, cerca, a doscientos puntos, de un gigante como el Grupo Covadonga, tercero. «Nuestro éxito se basa en que trabajamos mucho», expone Santos, uno de los principales artífices de la revolución que ha cambiado la vida del club. «Cuando empezamos nuestro proyecto -recuerda-, hablamos con el Ayuntamiento, les presentamos nuestra idea y aceptaron. Empezamos casi de cero, cambiándonos en un prado con una cochera. Fuimos mejorando las instalaciones hasta ahora, que tenemos una nave con vestuarios, gimnasio y todas las comodidades».

Además de la mujer de Santos, Carmen González, que se encarga del área administrativa («es vital para nosotros»), otro de los nombres fundamentales en el desarrollo del Grupo Ribera de Arriba es Álvaro Fernández Fiuza, histórico palista ganador hasta en ocho ocasiones del Descenso del Sella y que en enero dejó la escuela para trabajar con la selección nacional absoluta. «Nos llevó mucho trabajo sacar todo esto adelante. Antes, la gran mayoría de niños era de Oviedo, así que nos centramos en captar a chicos de nuestra zona, yendo a colegios, organizando cursillos en verano…», afirma Fiuza, para el que trabajar con niños es «mucho más difícil» que hacerlo con palistas de élite: «Les intentaba transmitir mi experiencia como deportista, enseñarles la técnica y hacérselo ameno».

«El apoyo del Ayuntamiento resultó fundamental», puntualiza Fiuza, orgulloso del nivel alcanzado por los jóvenes palistas a los que se dedicaba a formar hasta hace apenas dos meses. La nómina de jóvenes promesas de la que puede presumir el Grupo Ribera resulta abrumadora: Mateo Llorián, de 13 años, ganó la Copa de España en Trasona y los Juegos Escolares del Principado; su hermana Salomé fue tercera en los Juegos Escolares y este curso, tras convertirse en infantil, ha ganado todas las carreras en las que ha participado; Adrián García se coronó la temporada pasada como mejor alevín de Asturias al imponerse, como Salomé este año, en todas las pruebas; o el cadete Daniel Montes, ganador de tres de las cuatro carreras a las que concurrió en el Regional de Invierno de Jóvenes Promesas, disputado el pasado fin de semana en Trasona.

La importancia de la base

«Se le da mucha importancia a la base. Hay mucho trabajo y mucho esfuerzo detrás, con grupos de entrenamiento muy buenos», interviene Guillermo Fidalgo, palista del Kayak Oviedo catorce veces campeón de España en aguas bravas y que conoce perfectamente el funcionamiento de la escuela de la que bebe su club y en la que él está también involucrado: en abril, realizará unas jornadas de puertas abiertas para formar a los niños en una modalidad, la de aguas bravas, en auge en Asturias: «Antes estaba yo solo, y a la última Copa de España, que se canceló por una riada, íbamos a ir siete».

Para Faustino Santos, no existen fórmulas mágicas para formar buenos palistas: «Se trata de conseguir que los chicos estén motivados para entrenar. Lo que te acaba dando el nivel es la capacidad de sufrimiento para cumplir con tu rutina». Y concluye, satisfecho, que a su club, su «forma de vida», le está yendo bien: «Hemos dado con la tecla».