La astenia otoñal: cansancio, apatía, cambios de humor... trucos superar el "síndrome" del final del verano
Miles de españoles padecen estos síntomas en esta época del año
Cansancio, sueño, apatía... Son muchos los españoles que padecen estos síntomas con el fin del verano. La reducción de las horas de sol, el descenso de las temperaturas o el final de las vacaciones parecen estar detrás de estos cuadros que tienen nombre: astenia otoñal.
La astenia otoñal es un estado de cansancio, debilidad y apatía que surge como consecuencia de las dificultades que tiene el organismo para adaptarse a los cambios estacionales. Estos cambios, en el caso de la astenia otoñal, incluyen modificaciones de rutinas y horarios, menos horas de luz y descenso de las temperaturas.
Este fenómeno se produce debido a la transición hacia la rutina después de los meses de verano, en los que la mayoría de la población disfruta de las vacaciones. La cantidad de horas de luz va disminuyendo, reduciéndose especialmente tras el cambio al horario invernal, y la meteorología suele empeorar, con temperaturas más frías y lluvias frecuentes.
Estos factores pueden provocar un impacto negativo en el estado de salud de una persona, dando lugar a la conocida como astenia otoñal. Aunque los síntomas de la astenia otoñal no son graves, pueden afectar a nuestra calidad de vida, ya que disminuye nuestra energía, motivación y rendimiento en los estudios o el trabajo, y los cambios en el estado de ánimo pueden empeorar las relaciones sociales y afectivas.
La buena noticia es que estos síntomas son temporales y desaparecen poco a poco conforme el organismo se adapta a los cambios otoñales. Además, se pueden tomar medidas tanto para prevenir la astenia otoñal como para superar rápidamente los síntomas una vez que aparecen.
Con la entrada en vigor del horario de invierno, por la tarde oscurece antes, por lo que se adelanta la producción de melatonina, hormona implicada en la regulación del ciclo circadiano. Al mismo tiempo, desciende la producción de serotonina, un neurotransmisor también conocido como hormona de la felicidad. Esto causa un desequilibrio en el organismo, que tendrá que adaptarse poco a poco a las nuevas circunstancias.
A esto debemos sumar el descenso de la temperatura, el aumento de las lluvias y la llegada de la gripe y los resfriados que debilitan el sistema inmune. Por si esto fuera poco, situaciones excepcionales como un confinamiento y aislamiento pueden empeorar los síntomas depresivos asociados a la astenia otoñal.
Entre los síntomas más frecuentes de la astenia otoñal están: cansancio, debilidad, somnolencia y dificultades para dormir. Apatía, falta de interés. Cambios en el estado de ánimo. Tristeza. Irritabilidad. Dificultad para concentrarse. Falta o exceso de apetito. Disminución de la libido.
Por ello, ahora más que nunca es importante tomar medidas para prevenirla, como seguir una dieta equilibrada, aprovechar al máximo las horas de luz y hacer ejercicio físico de manera continuada.
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