José Manuel Nuño está apoyado en el muro de cemento gris de su casa y tiene la mirada puesta en los obreros que trabajan en frente, en la reparación de la escuela de Bobes: “Setenta y siete años tengo y yo cuando nací ya estaba”, dictamina. Aunque creía, eso sí, que no la vería arreglada nunca, o por lo menos, no tan lustrosa como cuando era un niño y jugaba en su patio. Ayer cambió de parecer.

Hay obras de reparación previstas en tres escuelas en Siero. Primero, esta de Balbona, en Bobes. Luego, la de Pañeda, en Anes, y finalmente la de Muñó. La partida destinada para el conjunto de las actuaciones alcanza los 55.307 euros y estas tienen un plazo de ejecución de seis meses. “Son edificios e instalaciones muy importantes para las parroquias rurales. Cada año, intentamos hacer reparaciones en algunas de ellas porque entendemos que para los usuarios y usuarias es muy importante que esté bien mantenido”, cuenta la edil de Patrimonio, Aida Nuño, en a la antigua escuela de Bobes, y frente a la casa de José Manuel Nuño.

“Yo, excusa para llegar tarde, no tenía”, afirma este. Solo tenía que cruzar la carretera, cuando no era ni siquiera carretera, y ya estaba en clase. Recuerda también que hubo una vez un maestro muy malo, que trataba mejor a los “guajes” de las familias que “soplaben mejor”. Es decir, aquellos que le hacían algún tipo de regalo al profesor, recibían más atenciones. Las clases en aquella época se separaban entre hombres y mujeres, pero luego se encontraban todos en el patio. “Salíamos y entrábamos todos, nunca tuvimos problemas”, explica el vecino de Balbona.

La edil de Patrimonio, Aida Nuño, ante la antigua escuela de Bobes, donde ya se han iniciado las obras. | I. G.

También fue testigo de cuando la escuela cerró, que sería en torno a los años ochenta del pasado siglo, pero él tampoco se acuerda muy bien porque ya estaba “ a otras cosas”: dejó de estudiar y se dedicó a la construcción y a la ganadería, hasta que se jubiló hace ya varios años. La clausura se produjo porque la demanda de niños de la zona no era suficiente como para mantener el centro abierto.

El edificio cambió de uso. En la puerta se lee “Centro Social. Parroquia de Bobes”. Habían sido los vecinos quienes reclamaron, ante su notable deterioro y las grietas que escalan por la pared, que se ejecutará la reparación y una limpieza. Similar actuación se llevará a cabo en Pañeda, donde también hay humedades. En Muñó, además, pintarán el interior y repararán los aseos. “Ya estamos contemplando la misma actuación en otros centros para el próximo año. Se destinará una partida similar”, señala la edil.