La Nueva España de Siero

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“Asturias ye druj Ukrayine”

La ayuda humanitaria de los asturianos para los ucranianos llena en unas horas un tráiler que hoy saldrá de Colloto hacia Polonia

De izquierda a derecha, David Famos, Jonás Osorio, Irina Polyakova, Rafael Pina, Esteban García, Ludmila Mozil y Pavlo Bala, ayer, en el almacén de Colloto que centraliza la ayuda a Ucrania. | P. Á.

–Estamos desbordados por tantas donaciones –dicen los promotores asturianos de la recogida de ayuda humanitaria destinada al pueblo ucraniano.

No es para menos y no es una manera de hablar. Un almacén de Colloto (Oviedo) atestado de cajas de comida, medicamentos, ropa, pañales y muchas otras cosas encarna un lema muy auténtico: “Asturias ye druj Ukrayine”. Sí, Asturias es amiga de Ucrania. Y hasta el léxico corrobora esta amistad. Porque resulta que, en ucraniano, el verbo ser también se dice “ye”; y se dice mucho más que en el Principado, porque lo utilizan en las tres personas del singular y del plural.

Y esta amistad se está plasmando en una hemorragia de solidaridad como un tráiler de grande. Un tráiler que seguramente partirá en la tarde de hoy, viernes, hacia una ciudad del sudeste de Polonia de nombre impronunciable, Przemysl, situada en la frontera con Ucrania. “Allí hay refugiados, y a ellos les entregaremos parte de esta ayuda; otra parte se distribuirá en el interior de Ucrania”, explica David Famos, responsable de la asociación Nómadas en Acción, que se dedica prioritariamente a la ayuda a familias y niños.

Famos es el promotor de esta recogida, una iniciativa que en los próximos días lo convertirá en más nómada que nunca porque, con su furgoneta, acompañará al camión en las 32 horas de carretera que –calcula– supondrá el desplazamiento. “En Przemysl hay refugiados, y a ellos les entregaremos parte de esta ayuda; otra parte se distribuirá en el interior de Ucrania”, explica. “Me quedaré allí para gestionarlo todo”, añade.

El camión que hoy saldrá hacia territorio polaco es, como los chóferes que lo conducen y como el almacén en el que se concentra la ayuda, fruto de la generosidad con el pueblo ucraniano. En este caso, del Instituto de Formación Logística y Transporte (IFT), cuyo responsable se sensibilizó con la causa a través del colegio de sus hijos y se puso en contacto con Nómadas en Acción, explica Vanesa García de IFT. Los conductores son formadores del IFT.

Irina Polyakova marca una de las cajas que se envían a la ciudad polaca de Przemysl, en la frontera con Ucrania.

A su vez, Famos habló con la asociación de ucranianos en Asturias: unas 880 personas. “Nuestra idea es enviar más camiones porque nos está llegando muchísimo material y las empresas, como Casintra, Trabanco o Man, están ofreciéndonos muchos camiones; ya tenemos fácilmente para seis o siete tráileres”, indica David Famos. Vanesa García lo corrobora: “No para de llamarnos gente que quiere colaborar”. Incluso están viendo la posibilidad de que los camioneros ucranianos a los que la invasión ha pillado en Asturias puedan volver con sus vehículos cargados de bienes para sus compatriotas.

Desde Cangas del Narcea, Daniel Cuervo y Mino Linde hicieron ayer dos viajes hasta Colloto con su furgoneta a rebosar. “Ni nos pongas, esto no es para salir”, dicen a LA NUEVA ESPAÑA. “Ha sido muy fácil: avisamos a los conocidos y la gente se movilizó rápidamente”, detallan. Se esperan cajas desde Noreña, Llanes... con ayuda para personas, pero también para animales.

Al almacén de Colloto llegan mujeres y hombres ucranianos para clasificar el material y empaquetarlo. Alina Tokova lleva once años en Asturias, adonde llegó con nueve. En el centro de su cerebro habita el verbo trabajar. “Trabajo donde me cojan. He estado en Lidl, Zara, Stradivarius...”. De su etapa en Lidl le viene el buen manejo de la pistola de encintar cajas.

Pavlo Bala tiene 23 años. Llegó a Asturias con su familia hace 16. Su acento es rigurosamente hispano. Le falta una asignatura para terminar el grado de Economía: “Ya presenté el TFG, y creo que gustó al tribunal; era sobre paraísos fiscales”. Parece un aviso encriptado para Vladimir Putin.

Lidia Stratulat, pianista moldava, llegó a Asturias hace más de 30 años con su marido, el violinista ucraniano Yuri Nasushkin. Se le caen las lágrimas cuando le comunican por teléfono que el Ejército ruso está bombardeando la catedral de Járkov. “Es una ciudad de ciencia, de arte y de cultura, da muchísima pena”, lamenta.

Los grupos de Whatsapp funcionan. Al grupo de trabajo se incorpora Stepan Uhryn, capellán católico de los ucranianos en Asturias. Al dolor de la invasión se le suma la reciente muerte de su padre (por enfermedad). También se une un ruso que apoya a la comunidad ucraniana...

Al almacén de Colloto siguen llegando cajas. Se clasifica el material, se embala de nuevo, en cada caja se escribe el contenido... Y no se añade, porque no hace falta, ese lema más vivo que nunca: “Asturias ye druj Ukrayine”.

Asturias ye amiga de Ucrania.

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