La Nueva España de Siero

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Ricardo Junquera

Sobre el Camino de los Santuarios

Una iniciativa con un notable atractivo turístico que hay que saber ofrecer y publicitar adecuadamente

La semana pasada se inició en su paso por Siero la señalización del Camino de los Santuarios, una ruta nueva que une el Monasterio de Liébana, en Cantabria, y la Catedral de Oviedo, y que la Consejeria de Cultura del Principado de Asturias tiene previsto al parecer presentar oficialmente en fechas próximas. Puede ser un camino con un notable atractivo turístico, cultural y deportivo.

En su parte asturiana este camino pasa por once municipios: las dos Peñamelleras, Cabrales, Onís, Cangas de Onís, Parres, Piloña, Nava, Siero, Noreña y Oviedo. Al parecer su trazado va a ser muy accesible, al menos la parte que personalmente conozco sí lo es.

Para los seguidores del Camino de Santiago hay que avisar que esta ruta no forma parte ni es variante alguna del mismo, que la ruta del Camino que pasa por Liébana es el llamado Camino Valdiniense, que enlaza el Camino del Norte con el Francés a través de los Picos de Europa y que en su primera parte coincide con el Camino Lebaniego, también digno de ser andado.

Lo que sí puede llegar a ser el Camino de los Santuarios es una vía complementaria para el peregrino a Santiago que desde el Camino del Norte quiera pasar por Liébana y llegar a Oviedo, paso obligado de cualquier vía del Camino de Santiago que pase por Asturias, por ser Oviedo el propio origen del Camino y punto de partida del Camino Primitivo.

Absurdamente el paso por Oviedo no constituye parte del trazado oficial del Camino del Norte por el Principado. Al parecer los encargados de trazar la línea olvidaron lo que significa Oviedo para el Camino de Santiago, o el paso por Valdediós, o el hospital de peregrinos de Arbazal, también en Villaviciosa, o que la Pola nació al abrigo de un albergue de peregrinos y así consta en su carta puebla de 1270, o que en Noreña hubo también hospital para cuidado y alojamiento de peregrinos desde el año 1593. Alguna vez hablaremos de las causas y causantes de ese disparate, pero esa es otra historia.

Lo que sí conviene que recuerden todos los Ayuntamientos interesados y la propia Consejería, es que este camino, a diferencia del Camino de Santiago, sí hay que saber venderlo. Es decir, este último, el de Santiago, no hay que promocionarlo, se promociona solo; basta con cuidarlo y mantenerlo, que ya tiene su gracia.

Este otro nuevo camino sí habría además que saber ofrecerlo, enseñarlo y publicitarlo. No es tan complicado, basta con no hacerlo mal, que el trayecto y los lugares de paso también se venden solos.Y una vez en marcha, cuidar sus tramos y señalarlos convenientemente. Uno recuerda, por ejemplo, el Camino del Norte a su paso por el País Vasco o el Camino Portugués de la Costa, donde es imposible perderse, que en cada cruce, cada bifurcación o en cada lugar de posible duda, la flecha oportuna y bien visible te indica por donde tienes que seguir y todo el trayecto está en perfecto estado para ser caminado. Pues eso.

Bienvenido sea este nuevo camino. Habrá también que andarlo.

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