…Que un mundo mejor es posible, aunque las noticias que esta semana nos acompañan alarman, desesperan…¿En qué se han quedado muchas ilusiones, muchos proyectos de vida, muchos

ideales, muchos compromisos cívicos? En desilusión, frustración, timo, vergüenza…Y siempre la causa es la corrupción, el dinero, el poder…La función que tienen atribuida los partidos políticos en el artículo 6 de la Constitución se incumple, se ha desvirtuado.

Hoy en vez de ser agentes dinámicos de la vida social de España, de solución a sus problemas, son el problema…y de ello somos conscientes todos, basta citar las sentencias que últimamente

emanan de los tribunales y que tienen como protagonistas a los Partidos Políticos. Los versos de Walt Whitman “No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre”, me animan a escribir estas letras en uno de los momentos más aciagos de la vida española, cuando algunos indeseables, en la tierra de don Quijote y Sancho, en tierra honor y honra, se ríen y burlan de las muchas ilusiones y compromisos que suscitó la Transición española, en busca de una España mejor, unida y fraterna. Quien más y quien menos puso su grano de arena para que las llamadas dos Españas se abrazaran y proyectarán un futuro mejor en común, pero las fuerzas del mal y la miseria moral de algunos lo ha saboteado o lo quiere sabotear, y en esas estamos.

No se puede seguir sembrando tanta desafección interesada contra la política- cuando de la política, de la buena política, depende nuestro presente y futuro- Esto se tiene que parar, sólo

se requiere voluntad de servicio público, de hacer el bien, de no consentir que haya españoles de primera y segunda y todos sabemos que es posible; en resumen, igualdad de oportunidades

para todos. La sociedad española no quiere preguntas sin respuesta, quiere claridad, transparencia y defensa de sus intereses. La sociedad española demanda responsables políticos

íntegros, con conciencia, centrados en el bien de todos, que se representen a sí mismo y que no dependan de grupos de presión y menos de fuerzas y capitales extranjeros o potencias foráneas que lo único que buscan es desestabilizar, enfrentar, tensionar la sociedad para sacar su beneficio. Nadie presta dinero a cambio de nada.

Este proceso de regeneración que tanto necesita España debe empezar por una nueva ley electoral que faculte al ciudadano para ejercer su derecho a voto con la máxima libertad de información, con la seguridad que podrá escoger a las personas más idóneas (listas abiertas) y con la certeza que la fuerza vencedora sea la que sea, gobierne, y que se dejen de artilugios o justificaciones jurídicas que el pueblo no comparte. Sé de personas que con casi el cuarenta y dos por ciento de votos e incluso con más, que no pudieron ser alcaldes de sus concejos; como no es de recibo que un diputado catalán o vasco, lo sea con muchos menos votos que otro de cualquier región. No es la primera vez que hago esta propuesta, como tampoco es la primera vez que digo, desde esta misma columna, que el Partido Popular y el Psoe deben ponerse de acuerdo para que este país llamado España funcione, llegue a los niveles de unidad, esplendor y seguridad que todos deseamos, pero para ello se requiere y exige altura moral. Si han llegado a acuerdos en temas espinosos e incluso en la concesión de algún indulto, supongo que ese mismo espíritu debe imperar para sacar a este país del atolladero. Creo que ya va siendo hora de citar el nombre de ESPAÑA con orgullo, con fuerza. Debemos ser un país serio, riguroso, previsible, pero para ello se necesita una “catarsis” colectiva que devuelva la ilusión y la esperanza a todos.

No todo vale en política- mentiras, promesas imposibles, engaños, silencios interesados, gastos innecesarios, comprar voluntades- y , especialmente, conductas indecorosas como las

que salpican un día sí y otro también las páginas de nuestros periódicos. El fin no justifica los medios. No todo vale en política es el sueño que siempre he mantenido y espero que cuanto antes se den pasos en la buena dirección. Hoy, con estas letras y en estos momentos tan delicados, he seguido el consejo del poeta Walt Whitman que dice:” No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes…”. No me resigno y prueba de ello son estas letras que buscan centrar las cosas y empezar a caminar con dignidad, con

solvencia, con rigor y responsabilidad. No hace mucho Emilio Lledó, uno de los intelectuales más preclaros que tenemos, nos decía:” Si quieres hundir un país, desgárralo desde la malversación del nacionalismo. Es una máquina de cultivar ignorancia…” ¡SOMOS UN GRAN PAIS!¡Creámoslo! ¡La Historia nos avala! Pertenecemos a una comunidad de casi 600 millones de hispanohablantes, con muchos y múltiples lazos culturales entre sí. ¡Cuidémosla!