De entrada quiero advertir que el término altruista fue acuñado en el año1891 por el filósofo francés Auguste Comte. Su intención era definir la actitud solidaria opuesta al egoísmo, es decir, una actitud solidaria opuesta al egoísmo y dedicada a los demás. También este término se interpreta como sinónimo de filantropía. Hay que añadir que el altruismo también viene referido al consumo combinado de la cabeza y del corazón.
Hace de esto ya varios años, en una visita que giró a Oviedo Joaquín Fuster, psiquiatra, profesor de Neurociencia en la Universidad de California, en los Ángeles, Estados Unidos, manifestó lo siguiente en una entrevista publicada en LA NUEVA ESPAÑA: "Que el altruismo, la generosidad y la caridad no salen de la biología, sino que los aprendemos de niños y nos hacen humanos".
En consecuencia, el altruismo consiste en disponer de una buena actitud de desprendimiento y entrega desinteresada, que tiene como única recompensa la satisfacción de la obra que se realiza; es procurar el bien ajeno con la mirada de frente, sin esperar nada a cambio.
Solo un hombre tiene derecho a mirar a otro hacia abajo cuando ha de ayudarle a levantarse. Y puesto que ya hemos indicado que el altruismo se interpreta como sinónimo de la filantropía, digamos que la denominación de esta procede de un vocablo de origen griego que significa "amor al género humano".
No hará falta añadir que se conocen como filántropos, sean personas u organizaciones, a quienes suelen desarrollar proyectos solidarios. A este respecto señalemos como ejemplo vivo y de los más conocidos en todo el mundo a Bill Gates, que como se sabe fue el creador de software Microsoft.
Recordemos que este buen señor fue galardonado en el año 2006, junto a su esposa Melinda, con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional para reconocer el trabajo en favor del desarrollo realizado desde su fundación. Bill Gates había donado 500 millones de dólares a la lucha contra el sida.
El impulsor del concepto filantropía, según apuntan los historiadores, fue el emperador romano Flavio Claudio Juliano (332-363). Para terminar, no está de más recordar que el concepto opuesto a la filantropía es la misantropía, que implica una tendencia general que se caracteriza por la antipatía ante el género humano.
Es una actitud psicológica y también social, caracterizada por la aversión hacia la especie humana. No es que se deteste a personas concretas, sino que realmente se odian las características de la esencia humana, como puede ser el individualismo, la inconformidad permanente, la intolerancia, entre muchas otras cuestiones.
Perlas de la sabiduría. "
¿Qué hace falta para ser feliz? Un poco de cielo azul encima de nuestra cabeza, un vientecillo tibio, la paz del espíritu". (André Maurois, novelista y ensayista francés).
