Opinión

Por una sociedad abierta

Son tantas las presiones, silencios y mentiras que se han sembrado esta semana, que uno recuerda la ilusionante y esperanzadora Transición, donde el que más y el que menos aspiraba a que España encontrara su senda para construir una sociedad abierta, en la que capacidad y mérito fueran las herramientas de trabajo y progreso, en la que la transparencia y la libertad se aspirase y respirase, en la que el corporativismo fuera a menos , y creo que buenos logros hemos tenido – una de las etapas más fructíferas de la Historia de España-, basta decir que antes emigrábamos y ahora necesitamos emigrantes. Y todo ello fue posible gracias al apoyo de todos, pero especialmente a los medios de comunicación. No se entendía Democracia sin libertad de expresión y sin respeto a la Ley. Hoy esto no es así, y ejemplos los tenemos a montones.

Uno que se considera hijo de Dios, ciudadano del mundo, español, asturiano y de Lugones, observa con preocupación la sociedad que estamos construyendo, en la que no importa la verdad, ni la Ley, ni la igualdad, ni la ayuda al débil, al necesitado, sino sólo el poder, la estructura, la capacidad de decidir; y la moral que suelda, afirma y protege a los pueblos, en desuso, olvidada. Ahora conceptos como dignidad, honestidad, honra, coherencia no se usan. No importan. Siempre es más atrayente la salida del fin de semana. La única preocupación, el IVA, la recaudación, pero no para invertir y proteger el futuro, el bien común de todos, sino para comprar y domesticar conciencias. Del futuro que se preocupen otros. Cada vez se recauda más y las necesidades aumentan (véase el listado de familias con todos sus miembros en paro), ni garantizamos del deseable mantenimiento de lo que tenemos-  red de carreteras nacionales y autonómicas que carecen de la necesaria capa de asfalto y de la luz adecuada  para que la conducción sea más segura-. Los partidos políticos convertidos en meras estructuras de poder, sin programa, y en la que muchos militantes ,- los que no tiene capacidad para decir ‘sí’ o ‘no’, los del ‘aparato’- son meros clínex, a disposición de la estructura.

En todo este camino de casi cincuenta años todos hemos cometido muchos errores, especialmente el de creer que la libertad existe por sí sola, sin cultivo, sin práctica, sin vigilancia y la de otorgar inmunidad a quien no la merece, sólo por huir de la incómoda costumbre de ’pensar’ y seguir la costumbre muy hispánica de “que piensen otros”. No hemos favorecido la deseable pluralidad de los medios de comunicación y no conseguimos que el poder judicial tuviera la deseable independencia en una sociedad democrática. Las noticias falsas desmerecen de cualquier medio de comunicación y de cualquier profesional que se precie de serlo, por muy limitado que sea su salario, y es que el principio básico del buen y necesario periodismo es “buscar la verdad y contrastar la información…”

En este aparatado de quejas o sugerencias pido que no se llamen "ruedas de prensa” a los meros comunicados del responsable de turno. No soporto ese titular de “Rueda de prensa sin preguntas”, algo impropio de un estado democrático que debe cuidar la verdad y la deseable transparencia. ¡A todos nos debe preocupar tener una ciudadanía informada y capacitada para votar! ¡A día de hoy hay muchas preguntas importantes sin responder!  Desde esta columna siempre he dicho que en política no vale todo, y quien no cumplen esta elemental norma, no puede pedir comprensión, complacencia, aplauso…

Este 3 de mayo se celebró el “Día Mundial por la libertad de prensa” y qué mejor auxilio que acudir a nuestro memorable Cervantes, que ya en su Capítulo I de “Don Quijote de la Mancha” nos dice que “Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años. Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza….”. Y en ese mismo capítulo nos habla de su intención de “basta que en la narración dél (de Don Quijote) no se salga un punto de la verdad”.

Lo ocurrido este semana, especialmente un día tan señalado como el 1 de mayo de 2024, cuando se cumplen 99 años que su Santidad Pío XII instituyó la fiesta de San José Obrero en 1955, me recuerda las palabras de Don Quijote cuando dice :”La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de vuestra fermosura”. No se puede celebrar mejor el Día de la Libertad de Prensa que acudiendo a Don Quijote. Defensor de la libertad.

P.D El pasado 1 de mayo fallecía en Madrid la periodista Victoria Prego de Oliver y Tolivar , que fue un ejemplo de buen periodismo por su rigor, profesionalidad y defensa de la verdad, y que hizo suyo el mandato constitucional de “Respetar el Derecho a la Libertad de Información que tienen los lectores” ¡Descanse en Paz!¡Que Dios la tenga en la Gloria!