Oviedo

Edward Lorenz, padre del llamado efecto mariposa -dentro de la teoría científica del caos- falleció anteayer de un cáncer en Cambridge, cerca de Boston (EE UU), a los 90 años de edad tras una larga y exitosa carrera de investigador en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

Matemático y meteorólogo, en 1963 Edward Lorenz quería describir con ecuaciones el comportamiento de la atmósfera terrestre para predecir el tiempo con exactitud. Introdujo en un ordenador una serie de datos. Simplificó en un caso los decimales de algunos parámetros y para su sorpresa comprobó que se obtenían dos previsiones totalmente opuestas. A esa distancia extrema partiendo de posiciones cercadas se conoce como efecto mariposa: pequeños cambios -o errores de medición- en una posición inicial pueden tener enormes consecuencias finales en sistemas complejos. Como dice un proverbio chino, de donde toma el nombre el proceso, el aleteo de una mariposa puede sentirse en el otro extremo del mundo. Lorenz lo formuló con una pregunta: ¿el batir de las alas de una mariposa en Brasil puede provocar un tornado en Tejas?