Los Ángeles

Conrad Murray, el médico personal que estaba junto a Michael Jackson cuando murió, dijo a la Policía que no inyectó al cantante Demerol, sustancia que, según sus amigos, podría estar tras la muerte del cantante.

Un abogado del doctor Conrad Murray dijo a «Reuters» ayer que el cardiólogo encontró a Jackson, de 50 años, inconsciente en su mansión el jueves e intentó reanimarlo.

«El doctor estaba sorprendido cuando esto ocurrió. No sabía por qué Jackson dejó de respirar», explicó Edward Chernoff, el abogado. La Policía de Los Ángeles dijo tras interrogar a Murray que no lo consideran un sospechoso.

La familia dijo que Jackson había recibido una inyección del analgésico narcótico Demerol, poco antes de que los médicos fueran llamados a la mansión.

De todos modos, diferentes expertos que han analizado lo que supuestamente injería Jackson creen que el Demerol solo no habría acabado con su vida, salvo que se hubiera inyectado una dosis descontrolada. Jackson era un consumidor absoluto de fármacos: ansiolíticos, antidepresivos, opiáceos más un protector. Si es cierto que el Rey del Pop tomaba todos estos fármacos con regularidad, no hay que descartar, efectivamente, que el Demerol haya sido el culpable de su muerte. De todos modos, vuelve a planear el mundo de las drogas sobre la muerte de una estrella del pop-rock, como ya ocurrió con unas cuantas aunque en diferentes formatos.

Elvis se fue de manera parecida, otros lo hicieron a base de drogas como la heroína, el ácido o la cocaína. En todo caso, el mundo de los estupefacientes está directamente ligado a las grandes estrellas de la historia de la música popular.