Los 12 grados de la Universidad de Oviedo adaptados al «plan Bolonia» están sometidos a un nivel de demanda muy desigual. Los estudios de Enfermería, que se imparten en Oviedo y en Gijón, han recibido 1.900 preinscripciones para sólo 170 plazas. Fisioterapia, 804 para 60. Entre tanto, titulaciones como Filosofía, Geografía (a la que se le ha añadido Ordenación del Territorio para conferirle mayor atractivo), Historia del Arte y Música registran bajas cifras de matriculados, si bien el plazo no finaliza hasta el 9 de octubre. De los datos recogidos en el cuadro superior sorprenden las favorables estadísticas (con relación a cursos anteriores) de Física y Matemáticas.

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Los argumentos del Ejecutivo regional no son menos claros. El presidente, Vicente Álvarez Areces, ha puesto de relieve que la Universidad de Oviedo «ha minorado en muchos miles el número de alumnos y nosotros no hemos reducido la financiación nunca». Y ha añadido que la institución académica «tendrá que ajustarse a las disponibilidades del momento actual de dificultad».

Distinta es la opinión de Izquierda Unida, socio del PSOE en el Gobierno regional, según el cual, pese al «actual contexto de crisis económica», no deben adoptarse medidas que rebajen «la calidad de los servicios públicos como es el caso de la educación».

De vuelta a o estrictamente educativo, la vicerrectora de Ordenación Académica subraya que el actual catálogo de titulaciones de la Universidad de Oviedo no se tocará en los dos próximos años. María Paz Suárez Rendueles no quiere adelantar nada sobre la incorporación de nuevos estudios. «Lo que se dice son puras especulaciones. Calculo que empezaremos a pensar en ello en enero de 2010 con la intención de ponerlo en marcha, como pronto, en el curso 2011-2012», indica la vicerrectora

Suárez Rendueles añade una reflexión que puede arrojar pistas: en el actual contexto de crisis financiera, sólo cabe pensar en titulaciones para las que la Universidad ya disponga en su plantilla «de un 80 ó 90 por ciento del profesorado necesario». Si no es así, «no creo que podamos hacer nada», aclara la vicerrectora.