Oviedo, P. Á.

Una técnica quirúrgica como la empleada en el Hospital Central para extraer una pieza de intestino a través del ano no es fruto de la improvisación. Ponerla a punto y llevarla a la práctica exige «un amplio bagaje en técnicas mínimamente invasivas y un trabajo experimental previo en el laboratorio de habilidades quirúrgicas», señaló Juan José González, jefe del servicio de Cirugía General del Central.

Los instrumentos quirúrgicos se introdujeron a través del ano para evitar incisiones dolorosas en el abdomen. Como consecuencia, se acortó la estancia hospitalaria y se obtuvieron mejores resultados oncológicos. «La paciente sólo necesitó cuatro días de hospitalización para su recuperación, ya que no presentó complicaciones», afirmó el doctor González.

«Se ha optado por la vía más natural, el ano», indicó el responsable del servicio. Una dificultad adicional de la intervención consistió en que, al tratarse de una cirugía oncológica, requería extraer no sólo la pieza de intestino grueso, sino también una serie de tejidos y grasas adyacentes. Como consecuencia, la intervención se prolongó durante prácticamente dos horas (117 minutos), casi el doble de lo que suele durar una resección intestinal convencional.

La cirugía abdominal ha conocido diversas etapas. Durante largo tiempo fue necesario efectuar grandes incisiones en el abdomen. Fue en los años 90 del siglo pasado cuando adquirieron auge las técnicas laparoscópicas, que reducen la agresividad, y que ahora, con el recurso a las orificios naturales, dan un paso adelante.

La intervención tenía como objetivo tratar un pólipo malignizado situado a 20 centímetros del ano.

La singularidad de la técnica empleada consiste en que se prescindió de aperturas en la pared abdominal a la hora de extraer la pieza quirúrgica. Tampoco se abrió la vagina, vía utilizada recientemente por algunos grupos de cirujanos.

Se practicaron cuatro incisiones de un centímetro en la pared abdominal (las mismas utilizadas en la colecistectomía laparoscópica, procedimiento clásico) y se preparó el segmento de intestino que se pretendía resecar. Una vez aislado, fue extraído a través del ano. Posteriormente, se realizó una única sutura mecánica en el interior del abdomen.

Como principales ventajas, la técnica disminuye la agresión quirúrgica, la recuperación es más rápida y las complicaciones postoperatorias son menores.