Gijón, Ch. N.

Hace ya tiempo que el rap renunció a sus humildes orígenes de denuncia y lucha y acabó devorado por la máquina del sistema, que cubrió de oro hasta los dientes a los Mc y convirtió el género en el pop de aquí y ahora. Bueno, eso es América, más o menos. Aquí, en Europa, todavía quedan canteras como la francesa, donde el rap sigue en el gueto. Esa línea de combate es en la que tampoco ha causado baja el Mc asturiano Arma X. Responsable, cuando estaba en «Stoned Atmosphere» junto a Ceeris, del antihimno de referencia de la región, la inigualable «Patria sin sol», ahora acaba de salir de un paréntesis de más de dos años con «25 otoños». Es su debut en solitario, producido por Xel Pereda y donde se mete en camisa de mucho más de once varas entre el rap y el rock. Si quieren ver cómo se lo hace un tío solo con un micro contra todo el sistema, mañana es el día, en la sala Acapulco del Casino (Gijón), desde las diez de la noche (entrada ocho euros).