Gijón, Á. CABRANES

«A las buenas y a las malas», título del último trabajo de Rosana, sirve para resumir la permanente complicidad que ayer vivió el público del teatro Jovellanos con la artista canaria. Un abarrotado recinto gijonés acompañó con palmas y coros las letradas plagadas de mensaje de un concierto que comenzó «Con viento a favor» y terminó con «Lo que quiero y lo que no». Querer, no faltó entre los más de 1.000 asistentes.

«Nunca tuve un coro tan bueno», afirmó Rosana para satisfacción de su público. Pronto la genial letra de las canciones de la cantautora canaria empaparon el ánimo más allá de la platea. No dudó en mezclarse con sus seguidores. Micrófono en ristre, compartió estrofas desde el patio de butacas hasta general durante el primer bis. Una intensidad y cercanía que llevó, minutos después, a que muchos se levantaran de sus butacas y acompañaran la letra de una Rosana ya sobre el escenario. El fervor mantuvo en vilo a un Jovellanos, que vivió más de dos horas de intensa y personal música. «Muchas gracias Gijón», concluyó la artista. Y parecía, de verdad, agradecida.