Santander, Agencias

El catedrático de Filosofía del Derecho Gregorio Peces-Barba se mostró ayer partidario de la aprobación de una ley que regule la eutanasia y garantice la seguridad jurídica de los pacientes que tengan una salud «irreversiblemente deteriorada».

Para el jurista y ex Alto Comisionado para el Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, esa ley es necesaria porque la jurisprudencia puede ser «contradictoria» y no resulta «adecuada» una eutanasia vinculada «a las ocurrencias buenas o mejores de los jueces», señaló en una rueda de prensa en Santander.

Peces-Barba, que participó en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo sobre la protección jurídica del paciente como consumidor, advirtió, no obstante, de que la ley se enfrentaría a un «problema de práctica».

A juicio del que fue uno de los siete padres de la Constitución española de 1978 y presidente del Congreso de los Diputados, aunque todo estuviera «teóricamente justificado» existen casos concretos en los que las razones que pueden llevar a utilizar esta práctica resultan «enormemente complicadas».

«Saber que la muerte de una abuelita no es algo que tenga que ver exactamente con que la pobre esté en una situación irreversible, sino con los millones que van a heredar sus sobrinos o sus nietos, es muy difícil de valorar», argumentó como ejemplo.

El catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid defendió que existe un derecho a la muerte en contraposición al derecho a la vida, y que el derecho es a una muerte «digna».

Desde su punto de vista, de la misma forma que hay personas que, por sus convicciones morales o religiosas, son capaces de sacar un provecho positivo de «una vida indigna» y no se plantean «terminar con su existencia», hay otras que buscan otra opción cuando llegan a una situación «sin posibilidad de reversión».

El catedrático señaló que «no se puede dejar a la jurisprudencia» este fenómeno y lo que se necesita en estos momentos es «seguridad jurídica».