No quiso cambiar su declaración para eludir la pena de muerte
Oviedo, J. N.
El doctor Jaime Álvarez-Buylla, presidente de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, recordaba ayer la figura de Arturo Álvarez-Buylla, abuelo del flamante premio «Príncipe de Asturias» de Investigación. «Era ahijado de Plácido, mi abuelo, que fue el fundador de la Sociedad Filarmónica. Su cargo en Marruecos no era político, sino técnico, pero el Alto Comisario fue nombrado ministro y Arturo quedó al frente. Azaña le dijo que tenía que hacerse cargo, aunque no quería. Le aseguró que era por poco tiempo». Como recuerda el doctor Buylla, «al estallar la guerra Arturo tuvo una actuación impecable, pero hubo sucesos graves y él asumió todo porque era la máxima autoridad. Hizo una declaración y nunca quiso cambiarla. El presidente del tribunal era amigo de mi abuelo y además artillero. Insistieron para que cambiase la declaración, pero siempre se negó. Lo fusilaron».
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