Gijón, J. L. A.

Cuenta Rafael Álvarez, «El Brujjo», que cuando leyó por primera vez las palabras cuajadas de «El testigo» pudo escuchar la «voz». Algo que sólo le ocurrió en otra ocasión, añade, cuando hizo la afamada «La taberna fantástica». Y con «El testigo», relato escénico del ya fallecido poeta y escritor Fernando Quiñones (1930-1998), subirá el actor andaluz el próximo sábado, día 11, al teatro de Laboral Ciudad de la Cultura.

Según subraya también El Brujo, después de estudiar «El testigo» pude asegurar que «el cante ya es en si mismo pensamiento». La pieza de Quiñones, escritor de amplio registro y buen conocedor, como gaditano que era, de los mundos del flamenco, plantea una búsqueda de las raíces últimas del cante a través de la vida esforzada del cantaor Miguel Pantalón.

«Espero estar a la altura de las circunstancias y vengo aquí con el respeto y la reverencia que me inspiran tanto el cante como la maestría literaria de un hombre que supo transmutar su devoción por el cante en filosofía, poesía y gracia», ha dicho Rafael Álvarez sobre «El testigo» y la relación con Quiñones, autor de la generación del 50 que depara siempre sorpresas agradables. Ahí están, por ejemplo, algunos de sus libros de poemas.

El Brujo ha relatado, asimismo, que conoció a Quiñoñes en los años sesenta, cuando éste daba, acompañado a la guitarra por el también poeta Félix Grande (otro flamencólogo), unos recitales en los que iban de la mano la poesía y el cante: «Era un hombre especial. Su físico era chocante: ni guapo ni feo. Raro. Su voz todavía la recuerdo. Cierro los ojos leyendo el texto de "El testigo" y puedo oírla». Y más: «El cante está elevado cuando se hace presente a través de alguien como Miguel Pantalón. El cante es el diamante de la India, como ha dicho Fernando Quiñones».

Rafael Álvarez es uno de los grandes actores españoles. El Ministerio de Cultura le concedió en el año 2002 la medalla de oro al Mérito en Bellas Artes. Es tan sólo uno de los muchos galardones que atesora tras una larga carrera que arranca en 1969. Colaboró en los montajes de compañías históricas del teatro español del último medio siglo: Tábano, TEI (Teatro Experimental Independiente) o Teatro Libre de Madrid. En 1995 fundó su propia productora, Producciones El Brujo. Ha estado en el cartel de algunas de las representaciones más prestigiosas de los últimas décadas, de «La taberna fantástica» a «El avaro». Desde 1986 compagina la actividad teatral con la televisión y el cine.