Alrededor de 1.500 asturianos se quedaron fuera de matrícula en los seis centros integrados de Formación Profesional (CIFP) que funcionan en Asturias. En el caso del CIFP de Hostelería y Turismo la lista de espera quedó establecida en 456 candidatos. En el CIFP de la Laboral, también en Gijón, se quedaron sin plaza unos 400 alumnos. Hablamos de la primera opción y en la mayoría de los casos los candidatos lograron plaza en centros alternativos, que son los institutos de Enseñanza Media (IES) y que en muchas de las ofertas educativas de FP también se han llenado.
Un ejemplo: en el CIFP de Imagen y Sonido, en Valnalón (Langreo) estudian este curso 258 alumnos, de los que 135 inician primero. Casi 150 alumnos se han quedado sin plaza. El centro podría absorber muchos más alumnos con más medios humanos y más horario (sólo tiene clase por la mañana).
La alternativa se encuentra en Oviedo, en el IES Aramo, donde hay enseñanzas de grado medio y superior del ciclo de Imagen. Carlos Morán es alumno del Aramo, vive en Gijón y presentó en su día petición de plaza para el CIFP de Imagen y Sonido en Langreo y para el IES ovetense. Llegó al ciclo de grado superior a través de la prueba de acceso, una especie de PAU de la FP, a la que también accedieron sus compañeros de curso la ovetense Lucía Malgor e Imanol Rimada, de Sariego. "Con una nota por debajo del 8 en esa prueba lo tienes difícil para entrar", dice ella.
A la prueba de acceso en el IES Aramo "se presentó gente de toda España", recuerda Carlos Morán. Su curso es variopinto. Junto a él está Alberto Díaz, que viene a ser el benjamín del grupo. Tiene 19 años y comparte clase con compañeros que en algún caso están cerca de los 40. Un grupo intergeneracional y muy móvil, otra de las características de la FP asturiana.
Todos los alumnos están de acuerdo: "Hay cambios constantes, alumnos que aparecen y desaparecen, gente que viene el primer día y que no vuelve". No tiene tanto que ver con la calidad de las enseñanzas como con la variedad de los perfiles de alumnado.
La matrícula en FP no ha terminado aún en Asturias. Lo hará esta misma semana. Se sigue llamando a gente. En el CIFP de Cerdeño, en Oviedo, con 1.200 alumnos en las aulas, aún se continúa llamando a candidatos. Son muchos los jóvenes que presentan varias solicitudes para acceder a una plaza. La mayor parte está acomodada, "y ahora tenemos que llamar a siete para que uno nos diga que sí que puede y que quiere venir. Está claro que no todos están ya por la labor", aseguran desde la secretaría del centro. La gran lista de espera en Cerdeño se centra en la modalidad a distancia, con unas 300 personas.
Lo mismo sucede, en cuestión de goteo de matrícula, con el CIFP de Avilés, el mayor de Asturias, con casi 1.500 alumnos (12 ciclos de grado medio y 15 de grado superior, una barbaridad). A base de llamadas para cubrir las bajas o las incomparecencias, en este centro "hemos ido incorporando a casi todos los que pedían plaza", aseguran en dirección.
El problema está cuando no hay alternativa. El CIFP de la Laboral tiene un grado superior de Prevención de Riesgos Laborales. El único de Asturias. O entras aquí o no entras. El CIFP de Hostelería y Turismo, que tiene este año 900 alumnos, de los que 300 lo son a distancia, tiene el grado superior de Gestión de Alojamientos Turísticos. Estamos en el mismo caso. Y la matrícula está llena, 30 alumnos por clase.
La Consejería de Educación asume que tendrá que aumentar el mapa de la FP asturiana. Entre sus planes, la creación de un par de centros integrados que toquen las enseñanzas náutico-pesqueras y las del deporte. Tampoco se descarta el aumento de la oferta de Formación Profesional en el oriente y el occidente asturianos.
La pregunta es: ¿hasta qué punto tiene que ver la crisis económica en este aumento significativo de matrícula en la FP? Y hasta qué punto cuando la crisis amaine se reducirá esa matrícula.
Lucía, Carlos, Alberto e Imanol, alumnos de Imagen del IES Aramo no se arrepienten de su elección, ven el futuro profesional incierto, les gustaría que las enseñanzas fueran más prácticas y que hubiera un poco más de tiempo para hacer frente con garantías a todos los contenidos académicos. "Todo va muy rápido en estas enseñanzas. Tienes la impresión de que faltas un par de días y quedas descolgado", dice Alberto Díaz.
En el CIFP de Mantenimiento y Servicios a la Producción, en Langreo, la lista de espera supera el centenar de alumnos. Y también aquí funcionan varios ciclos sin alternativa académica. Estudian 623 alumnos (9 chicos por cada chica). Cartel de "no hay billetes", por decirlo en términos coloquiales. No está nada mal para un centro que en 2006 inició su andadura con 43 alumnos.
