El Papa utilizó con Alexia Garduño Aladro lo que él mismo denominó como "cariñoterapia", complemento a la medicina en el tratamiento de niños enfermos que el Pontífice considera fundamental. "Una caricia puede hacer tanto bien...", subrayó Francisco antes de visitar a los niños ingresados en el centro sanitario en el que la descendiente de asturianos de Piloña se prepara para ser operada de un osteosarcoma en el fémur.