Desde abril de 2016 Concha Velasco vive en cada función las últimas horas de la "Reina Juana" y muere con ella, una entrega que le está pasando factura y que le hará despedirse del personaje en Barcelona en diciembre, no sin antes regresar al Teatro de la Abadía de Madrid y llevarla al Alameda de Málaga.

Dos años antes del estreno, en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, la actriz vallisoletana empezó su inmersión en Juana "La Loca", su "maltrato" y su "sufrimiento", y tras una gira por España en la que más de cien mil espectadores han aplaudido su trabajo, considera que ha llegado el momento de "matar a Juana".

"El personaje ha crecido, el texto es mío. Dejo a Concha en el camerino y vivo a Juana todos los días. Anímicamente me está afectando mucho, vivo demasiado intensamente el dolor de Juana y hay que acabar. Son sus últimas cinco horas de su vida, sus últimas palabras son ¡qué hermosos príncipe! y muere. Y yo llevo dos años muriéndome cada noche. Tiene que acabar porque un día moriré de verdad", reconoce en una entrevista con Efe.

Por ello, tras representarla en el Teatro Alameda de Málaga del 5 al 7 de octubre y volver a La Abadía de Madrid del 11 de octubre al 12 de noviembre, se despedirá de la desdichada hija de los Reyes Católicos, maltratada por sus padres, su marido Felipe, su hijo el emperador Carlos y su nieto Felipe II, en el Borras de Barcelona, donde espera que, del 16 de noviembre al 10 de diciembre, la reciban "con el mismo cariño" que siempre le ha dado la ciudad.

Velasco, que "adora Cataluña y los catalanes", confiesa que está "muy triste y muy dolorida" con la situación que se está viviendo en la Comunidad Autónoma y aboga por el diálogo: "En el Parlamento hay que hablar, no se puede aplicar la razón de la sinrazón".

Volviendo a las tablas -"hago cine y televisión, pero el teatro es verdaderamente mi alimento", asegura- no siente que esté haciendo un monólogo con "Reina Juana", dirigida por Gerardo Vera y con el texto que le "enamoró" de Ernesto Caballero, al que ha ido haciendo "incorporaciones" conforme ha ido investigando en la historia de Juana I de Castilla porque le gusta involucrarse con sus personajes.

La reina, que pasó media vida recluida en un convento de Tordesillas, se suma a otras grandes mujeres en cuya piel se ha metido la actriz, como "Teresa de Jesús" y "Hécuba", porque su personalidad "se ve muy bien" en los papeles que interpreta: "Yo me responsabilizo con lo que digo y hago en el teatro".

"Encantada" de cumplir 78 años en noviembre y de continuar trabajando, opina que para ello "hay que asumir la edad". "Hay actrices que aceptan su edad y los papeles que les corresponden y otras que creen que operándose tendrán permanentemente 40 años", aunque reconoce que "no se escriben papeles para mujeres maduras, ni siquiera las mujeres".

Premio Nacional de Teatro en 1972 y 2016, Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo en 2009, Premio de la Academia de Televisión a Toda una Vida, Goya de Honor en 2012 y Premio Ceres, por citar algunos de los muchísimos ganados, Concha Velasco se congratula de que el Gobierno vaya a bajar en enero el IVA cultural, aunque advierte de que "los cadáveres que se han quedado por el camino no van a resucitar".

Y agradece a los espectadores que pese a ello hayan seguido yendo al teatro, lo que ha permitido que no desaparezca como en Italia y a ella seguir disfrutando de una profesión que es "vivir, respirar", su "alimento" y su "pasión".

La compagina con su tarea como presentadora de "Cine de barrio", programa de La 1 que "ha sido criticado hasta el infinito" pero que supone "un acto de justicia con el cine español", especialmente con el de los años sesenta, el que Conchita Velasco protagonizó con José Luis López Vázquez, Toni Leblanc, Alfredo Landa o Pepe Sacristán y que ha pasado de ser denostado a servir de "inspiración" a títulos actuales como "Operación Concha" o "La llamada". EFE