La nueva datación de rocas y nuevos análisis de huesos de animales en las islas a lo largo de la costa sureste de Alaska sugieren que un estrecho corredor entre el Océano Pacífico y la capa de hielo de la Cordillera (CIS, por sus siglas en inglés) en Alaska puede haber permitido la migración de humanos a las Américas desde hace tanto como 17.000 años.

Aunque los datos implican que este corredor costero del Pacífico -un camino expuesto después de la deglaciación- fue física y ambientalmente viable para la migración humana temprana a las Américas, los autores dicen que sigue siendo necesaria evidencia arqueológica de la actividad humana para confirmar que este camino jugó un papel importante en el poblamiento de las Américas.

La ruta de Beringia fue ampliamente aceptada por muchos en el siglo XX como el curso de la migración humana a las Américas desde Asia. Los análisis recientes, por otro lado, han sugerido que la migración humana temprana tuvo lugar hace aproximadamente 16.000 años a través de un corredor sin hielo al oeste de la CIS a lo largo de la costa del Pacífico Norte.

Sin embargo, aún se desconoce si las condiciones ambientales de la región costera --como la productividad biológica, la disponibilidad de recursos alimenticios y la presencia o ausencia de barreras físicas-- eran aptas para apoyar a los humanos en ese momento. Aquí, Alia J. Lesnek y sus colegas reconstruyeron la deglaciación usando dos agentes diferentes.

En primer lugar, aplicaron diez dataciones de berilio de diez superficies rocosas (cinco rocas encaramadas y cinco muestras de roca madre) de tres áreas propuestas: Dall Island, Suemez Island y Warren Island. En segundo lugar, utilizaron huesos de mamíferos y aves con datación de carbono 14 publicados previamente en las cuevas de las islas cercanas.

Su análisis, publicado en la edición digital de este miércoles en la revista 'Science Advances', mostró que esta área estaba helada hace aproximadamente entre 20 a 17.000 años y, por lo tanto, no está abierta para la migración humana. Sin embargo, las islas se vieron desprovistas de hielo después de hace 17.000 años y albergaron sólidos ecosistemas terrestres y marinos que podrían ayudar a los humanos durante la migración hacia el sur de las Américas.

"Nuestro estudio proporciona algunas de las primeras pruebas geológicas de que una ruta de migración costera estaba disponible para los primeros humanos a medida que colonizaban el Nuevo Mundo", dice la autora de doctorado en geología de la Universidad de Búfalo (UB), en Estados Unidos, Alia Lesnek, primera autora del estudio. "Había una ruta costera disponible, y la aparición de este nuevo terreno sin hielo puede haber estimulado a los primeros humanos a migrar hacia el sur", añade.

Los hallazgos no significan que los primeros colonos cruzaran definitivamente la costa sur de Alaska para extenderse por las Américas: el proyecto examinó solo una sección de la costa, y los científicos tendrían que estudiar múltiples ubicaciones a lo largo de la costa para sacar conclusiones más firmes. Aun así, el trabajo es relevante porque sugiere que la teoría de la migración marítima es viable.

Los huesos de una antigua foca anillada, previamente descubiertos en una cueva cercana por otros investigadores, proporcionan pistas adicionales y tentadoras. Indican que el área fue capaz de sustentar la vida humana en el momento en que los primeros colonos podían haber estado de paso, según los autores.

El nuevo estudio calcula que los huesos de la foca tienen aproximadamente 17.000 años de antigüedad, lo que indica que la región era ecológicamente vibrante poco después de que el hielo se retirara, con recursos que incluían alimentos.