Dos superhombres -sin piolet, en americana y delante de un atril- abarrotaron ayer el Palacio de Congresos del centro Calatrava de Oviedo. Reinhold Messner y Krzysztof Wielicki, que comparten el premio "Princesa Asturias" de los Deportes 2018, tuvieron que cancelar por la mañana su visita a los Picos de Europa por el mal tiempo, pero por la tarde hicieron cumbre en Oviedo, donde realizaron una declaración de amor al alpinismo ante más de un millar de aficionados a la montaña que derrocharon admiración y dedicaron a los premiados una sonora ovación .

"El alpinismo es un juego, nada más. Hay dolor y sufrimiento, y la montaña nos enseña la propia naturaleza humana, pero nosotros, los alpinistas, somos la montaña", apuntó Messner, en italiano y con imágenes de fondo que repasaban la trayectoria del, para muchos, mejor alpinista de todos los tiempos: no en vano fue el primer hombre en conquistar sin oxígeno las 14 cimas de más de ocho mil metros que hay en el mundo.

Messner repasó toda su carrera, describiendo cómo cambió su manera de hacer alpinismo después de que le amputasen siete dedos de los pies, en 1970, en el Nanga Parbat, donde falleció su hermano. También mandó un aviso a navegantes, ante la proliferación de aficionados que se adentra en las cordilleras sin ningún tipo de experiencia: "Las montañas se están convirtiendo en turismo y se preparan para gente que no tiene capacidad y sólo sueña con grandeza. No podemos permitir que se destruyan los valores de la montaña y debemos tener un debate en ese sentido", argumentó Messner.

Este mito de la escalada dedica ahora su vida a recopilar la narrativa del alpinismo para el Messner Mountain Museum, que cuenta con cinco sedes en Bozen, en el Tirol italiano: "Los alpinistas dejamos atrás la realidad para adentrarnos en un mundo peligroso; eso no puede ser destruido", finalizó Messner, que no se fue del Calatrava sin lanzar un mensaje directo a Cataluña sobre el asunto territorial: "Soy de una provincia alemana e italiana y enseñamos a Europa cómo se puede vivir en un Estado nacional con cierta autonomía".

El polaco Krzysztof Wielicki, el quinto hombre en conquistar los 14 "ochomiles" del planeta, habló con nostalgia de sus experiencias, de las que también se contagió el público: "Queríamos escribir la historia. El alpinismo, por encima de todo, son personas. Personas que viven, que sufren, que también mueren, y que escalan", apuntó el polaco.

Wielicki, como Messner, ve con recelo todo lo que rodea a la montaña actual: "Hoy todo está más comercializado y una persona en solitario requiere ser una persona madura. Mi generación tuvo la suerte de nacer en el momento oportuno, en el alpinismo de verdad, el clásico. Nuestra ropa eran chaquetas de plástico y lo importante no era hacer cumbre, sino nuestra voluntad", recordó Wielicki, que este año dirigió la expedición, cancelada por el mal tiempo, al K2 (8.611 metros), que es el único "ochomil" sin conquistar en invierno. El periodista Sebastián Álvaro, que llevó la batuta del acto, se despidió de los alpinistas con una frase rotunda: "Son los dos tipos más grandes que he conocido nunca".