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Los niños de Mieres que emocionaron a Amos Oz

"Durante años luché por cambiar el mundo, ahora es vuestro turno", escribió el novelista israelí antes de fallecer a siete alumnos de Turón y Ujo

Amos Oz, en Asturias en 2007. LNE

El viernes, nada más conocer la noticia del fallecimiento del novelista israelí Amos Oz, la profesora ovetense Mayte Burguet Verde sintió la necesidad de releer aquel "precioso" correo que el premio "Príncipe" de las Letras de 2007 le había escrito en junio. Fue la respuesta a un email que la entonces tutora de sexto de Primaria del colegio Vega de Guceo, en Turón -ahora es maestra en el Veneranda Manzano de Oviedo- le envió el curso pasado con las reflexiones de siete alumnos sobre su libro "De repente en lo profundo del bosque". La reacción de Amos Oz, que peleó por la paz entre israelíes y palestinos, fue conmovedora: "Durante muchos años luché por cambiar mi país y el mundo para mejor. Ahora soy un anciano, así que es vuestro turno".

Mayte Burguet lleva cuatro años leyendo a sus alumnos la novela en la que Oz relata la historia de un pequeño pueblo embrujado sobre el que recae una extraña maldición: la desaparición de todos los animales. Sus protagonistas, los niños Maya y Mati, se empeñan en encontrar la verdad y se atreven a desobedecer la ley. "Es un libro fantástico para trabajar los ecosistemas, el respeto por la Naturaleza, el valor del perdón, el peligro de la venganza...", asegura la ovetense, que así se lo trasladó al propio Premio "Príncipe" de las Letras, tras realizar un taller junto a estudiantes del colegio vecino de Santa Eulalia de Ujo. "Conocía a la profesora Isabel Álvarez Busto y le propuse organizar una tertulia conjunta, en la que los niños hicieran un comentario de texto y lo tradujeran al inglés. Gracias a Elena Palacios, su agente en la editorial Siruela, le hice llegar las reflexiones en un correo", señala. Eso fue en mayo y al mes siguiente llegó la respuesta de Amos Oz, que ahora Burguet ha decidido compartir a través de LA NUEVA ESPAÑA.

El escritor israelí calificó la carta de "maravilloso regalo": "Me devolvió muchos recuerdos del norte de España, de la región de Asturias, donde mi familia y yo pasamos unos días hace años (en 2007). En qué parte del mundo tan maravillosa viven. Y supongo que están rodeados de animales amantes y amados, no como la gente pobre del pueblo de mi libro". Las cartas de los siete alumnos del colegio de Turón, añadió, "son más reconfortantes que cualquier premio literario. Aún si alguna vez consigo un Premio Nobel de Literatura -finalmente no lo consiguió-, no me conmovería tanto: es un milagro que un libro escrito por un viejo escritor (antes de que lo escribiera, era una historia que contaba a mis cuatro nietos pequeños en la cama), puede alcanzar los corazones de lectores jóvenes en un país lejano, en una lengua diferente. Gracias por calentar mi corazón y haberme hecho casi llorar de alegría".

Amos Oz se detuvo en la pregunta que le hizo uno de los niños, Héctor: ¿Serán Mati y Maya -los protagonistas de su libro- capaces de cambiar el pueblo? "Déjeme decirle que la respuesta a esta pregunta no está conmigo. Está con usted y sus amigos. Ahora soy un anciano, y durante muchos años luché por cambiar mi país y el mundo para mejor. Ahora es tu turno. Tú y tus amigos son Mati y Maya. Todo el mundo es el pueblo, vuelvo a su pregunta: ¿Usted será capaz de cambiar el pueblo? ¿El mundo? ¿Lo intentará por lo menos?", contestó. Y concluyó el correo con estas palabras: "Envío a todos ustedes respetos desde mi casa en Tel-Aviv, donde puedo mirar el mar Mediterráneo azul, justo cuando escribo esta carta".

El mismo mar que contempló en sus últimas días de vida. El periodista israelí murió de cáncer a los 79 años.

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