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La adopción internacional se desploma en Asturias en menos de una década

El Principado ha pasado de los 38 niños llegados en 2009 a los tres del año pasado, y la tendencia sigue a la baja, como en el resto de España

Una mujer atiende a su bebé. LNE

En el año 2009 llegaron a Asturias 38 niños a través de los programas de adopción internacional. Al año siguiente, en 2010, esa cifra se duplicó, y fueron 75. En los años siguientes fue cayendo en picado, hasta llegar al año 2017, el último del que hay datos oficiales disponibles, en el que solo fueron tres, procedentes de Hungría, Vietnam y de la República dominicana. Fuentes de la Consejería de Servicios y Derechos Sociales del Principado, confirman ese desplome, aún más acentuado en los últimos cinco años. Asturias no es ninguna excepción, la caída de las adopciones internacionales se ha producido en toda España. Tras ella, según los expertos, está la crisis económica, la generalización de las técnicas de fertilidad y el acceso a la gestación subrogada, aunque esta última no sea legal en España.

Tampoco lo pone fácil la dificultad para tramitar las adopciones. Desde la Consejería de Servicios Sociales explican que en estos años se ha reducido notablemente el número de países que sacan a sus menores en adopción a otros países, algunos solo lo hacen cuando los niños ya son mayores o tienen necesidades especiales. Para ese tipo de adopciones, explican los técnicos de la Consejería, no es necesario salir fuera a buscar. Las comunidades autónomas disponen de niños de esas características, a los que no es nada fácil encontrar una familia adoptante.

Difícilmente se volverá a repetir con otro país lo que sucedió con China o Rusia hace unos años, cuando empezaron a vaciarse sus orfanatos. Ahora la adopción internacional está muy restringida. En Asturias solo es posible con algunos países latinoamericanos, con India y Vietnam. La espera media para una adopción internacional, según fuentes de Servicios Sociales, es de tres años. Frente a eso, la gestación subrogada reduce los tiempos de espera. Los gastos son elevados en ambos casos, porque los trámites para la adopción internacional son costosos y largos. En eso poco puede hacer la Administración autonómica, por que son los países de adopción los que en general están endureciendo los requisitos. Por una razón u otra, las solicitudes de adopción internacional que la Consejería de Servicios Sociales recibió en 2017 no llegaron ni a 20.

En la Asociación Asturiana de Adoptantes, Asturiadop, no saben decir si el descenso de las adopciones se debe tanto al recurso de la gestación subrogada como al de las trabas, cada vez mayores, que los países ponen a la adopción internacional. China y Rusia acaban de cambiar su legislación al respecto. Tampoco es infrecuente, comentan, que las entidades que ejercen de intermediarias en las adopciones internacionales cierren y dejen a las familias con los tramites a medias.

La sociedad ha evolucionado y con ella "ha cambiado la idea de familia", afirma José Ramón Agüero, secretario de la organización. "Los trámites son muy largos y hay otras posibilidades", reconoce. En Asturias, explica, los trámites para conseguir la idoneidad de los solicitantes han cambiado en estos años y "cierran el abanico de posibilidades desde el principio". "La incertidumbre echa para atrás a los adoptantes, y en otros países no son tan transparentes", añade.

De todos modos, Agüero intuye que, en la adopción nacional la tendencia es similar, a la baja, lo que hace que a día de hoy haya "muchos niños creciendo en instituciones".

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