La compañía aérea Ryanair ha vuelto a situarse en el ojo del huracán por una nueva polémica durante un vuelo. Tal y como informa el diario británico de "The Mirror", cientos de pasajeros protestaron ante la tripulación del avión que iba realizar el viaje desde Lanzarote hasta Edimburgo tras tener que realizar una espera en el avión de casi doce horas y llegando a soportar temperaturas de 30 grados. La protesta comenzó cuando varios pasajeros pidieron agua para combatir las altas temperaturas durante la espera y la tripulación se las ofrecía cobrándoles 3 euros por cada una.

"La señora sentada a nuestro lado pidió agua después de llevar sentados tres horas en el avión con un calor abrasador. La azafata dijo que no estaba autorizada a dársela. Al rato, comenzaron a vender agua y bebidas no alcohólicas por 3 euros. Tuve que pagar 3 euros por agua y 5,50 euros por un panini", declara uno de los pasajeros.

"Mucha gente compró agua, zumo y comida porque habíamos estado sentados durante horas y teníamos hambre y sed. Pensé que la aerolínea proporcionaría agua después de tres horas", protestaba otra pasajera.

Nueve horas después el avión despegó hacia Burdeos, en Francia y la tripulación asegura que fue en ese momento cuándo se repartió el agua gratis. El motivo, no obstante, se debió a que una madre, que viajaba con su esposo y su bebé, cayó enferma. La familia desembarcó el avión y subieron a una ambulancia que estaba esperando en la pista. Posteriormente el avión partió rumbo a Edimburgo donde aterrizó a las 23.30 del viernes, 12 horas después de la hora prevista.

"El vuelo de Lanzarote a Edimburgo (27 de septiembre) fue lamentablemente retrasado antes del despegue debido al clima adverso en la isla, antes de partir a Edimburgo ese mismo día. Ryanair se disculpa sinceramente con los clientes por este retraso, que estaba completamente fuera de nuestro control", ha declarado un portavoz de la aerolínea.

Un azafato gijonés de Ryanair: "Cobramos 6 euros por vuelo"

Alejandro es un nombre ficticio. El joven vecino gijonés que protagoniza esta historia tiene miedo de que la compañía para la que trabaja, Ryanair, tome represalias contra él por lo que cuenta a este periódico. El asturiano está decidido a relatar las condiciones de trabajo que sufren -tanto él como todos sus compañeros-, en su desempeño diario. Unas condiciones que les han llevado a los trabajadores a convocar una huelga para los días 25 y 26 de julio capitaneada por la Unión Sindical Obrera. Alejandro llegó a cobrar 6 euros por un vuelo entre Londres y Dublín. Y eso porque no le entró la sed. Sino la compañía le hubiera cobrado tres euros por un botellín de agua. Puedes leer aquí la información completa.