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Últimos trotes en libertad por Asturias, algunos por equivocación

La confusión sobre la entrada en vigor del decreto hizo que muchos asturianos madrugaran para salir a pasear, con el perro, o a correr

Una vecina de Oviedo, paseando al perro esta mañana. M. R.

Reinó en España cierta confusión sobre cuándo entrarían en vigor las medidas anunciadas por Pedro Sánchez la noche del sábado referentes al estado de alarma. Sobre todo, por una fundamental: las restricciones a la libertad de movimiento por la calle.

Así las cosas muchos amanecieron hoy en Asturias dispuestos a aprovechar las últimas bocanadas de aire fresco -el estupendo día soleado y con buena temperatura fue todo un aliciente más- con un buen paseo (un gran número acompañados por su perro) o una carrera conscientes de que serían los últimos pasos y trotes en libertad, pensando que a partir de mañana lunes quedaría prohibido salir a la calle sin motivo de causa mayor.

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Pero resultó que no. Que desde la medianoche del sábado los españoles están obligados a quedarse en sus casas sin salir (salvo por motivos justificados) para evitar que el coronavirus se expanda tranquilamente entre la población. Todos los que esta mañana camparon a sus anchas por sendas, playas, paseos, incumplieron el decreto a las pocas horas de entrar en vigor. Y fueron muchos.

A eso de las nueve de la mañana en la pista finlandesa de Oviedo se contaban ya a pares los que cumplían con su paseo matutino, eso sí, la mayoría en soledad y cuidando mucho la distancia con las personas que se cruzaban en su camino. Corredores también hubo unos cuantos. Pero legión fueron los vecinos que salieron de sus casas con sus perros para hacer las necesidades y facilitarles algo de ejercicio. Esto último está permitido, pero ojo, un paseo corto, lo justo para cumplir con las mascotas. Nada de irse a pasear con éstas dos kilómetros o más. Es uno de los aspectos en los que se ha hecho especial hincapié, porque la excusa de sacar al perro de casa va camino de convertirse en un coladero para poder salir a tomar el aire fresco y darse una caminata.

Los runners profesionales y los deportistas deberán contar con un justificante que avale ante las fuerzas de seguridad sus salidas a correr. Los demás, esa multitud creciente (y por tanto gran correa de transmisión del virus) que corre de vez en cuando para estar en forma y mover el esqueleto, deberán conformarse con hacerlo del salón a la cocina o, en el mejor de los casos, por sus jardines o fincas si estos tienen una distancia mínima que permita dar unos trotes.

Hay que concienciarse. No queda otra para frenar el coronavirus. Y los que no lo hagan se exponen a multas, que van desde los 100 euros (por infracciones leves) hasta acabar en prisión. De hecho, esta mañana en Asturias y el resto de España se han producido los primeros casos de ciudadanos que han sido advertidos por las fuerzas del orden de que deben irse a casa y suspender ese paseo dominical bajo el sol que a todos gusta.

Pero no va a poder ser durante, al menos, dos semanas. Eso si no se prorrogan las medidas hasta aplastar la curva al alza de los contagios por coronavirus.

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