El Principado y la patronal de residencias geriátricas privadas se están preparando para un "aluvión" de positivos en los centros de mayores de la región, tanto entre residentes como entre trabajadores. Las últimas cifras de contagio en los geriátricos públicos facilitadas por la Consejería de Derechos Sociales muestran que se dispararon en solo 24 horas, pasando de 23 afectados a 81 -aunque uno fue dado de alta- entre residentes y profesionales sanitarios. La causa de este despegue está en la residencia de Grado, convertida desde ayer en una especie de hospital tras realizar un centenar de pruebas de coronavirus a residentes y al personal. Al menos quince trabajadores se habían autoaislado ayer por la mañana. También en las residencias privadas se ha incrementado el número de positivos y de aislamiento por riesgo de contagio. Los geriátricos asturianos atienden a unos 14.000 residentes, entre los centros públicos y privados.

La Consejería de Derechos Sociales y Bienestar contabilizó ayer los siguientes positivos. En la residencia de Grado, 57 ancianos y 13 profesionales sanitarios, cuando un día antes, el jueves, había 12 residentes y 3 profesionales. En la ovetense del Cristo hay un profesional y había un residente, que ya fue dado de alta. En Santa Teresa, también en Oviedo, hay dos infectados, y en la de Sotiello, en Moreda, han dado positivo una residente y hay otro aislado, además de cinco trabajadores que están en cuarentena. De ellos, dos están pendientes del resultado del test. La residencia Palacio de Villar, en Piedras Blancas, ha registrados seis positivos, de los que cinco son ancianos y uno un sanitario.

El consejero de Salud, Pablo Fernández, ya advirtió días atrás que la situación empeorará, y mucho, en los próximos días. Asturias es una población envejecida y las personas de edad avanzada sufren, por regla general, múltiples patologías, un caldo de cultivo apropiado para que el coronavirus anide. A eso se suma el rápido contagio por contacto y el periodo de incubación de quince días, durante los que se puede infectar a otras personas sin saber que se es portador del virus.

El presidente de la Asociación de Centros Geriátricos del Principado (Ascege), Arsenio Alonso-Collada, señaló ayer que en estas residencias son conscientes de que a partir de la próxima semana se puede producir un "aluvión" de positivos, tanto entre residentes como entre los trabajadores. De hecho, algunos profesionales ya están aislados al presentar sintomatología o bien por haber estado en contacto con personas que posteriormente han dado positivo en coronavirus.

"Aún estamos en fase de posibilidad de control, pero es seguro que habrá una importación del virus a las residencias, y lo único que pedimos es material de protección, no solo por los trabajadores, sino también para nuestros residentes, que son muy vulnerables", señaló Alonso-Collada.

La Consejería de Derechos Sociales ha habilitado un canal de comunicación con las residencias privadas, tanto acreditadas como autorizadas, para centralizar la información y conocer las necesidades, además de facilitar instrucciones si se registra algún positivo. La consejera de Derechos Sociales, Melania Álvarez, explicó que "compartir y canalizar esta información nos va a permitir conocer la situación real de los centros y analizar las carencias, así como prestar mejores apoyos y ofrecer una mejor respuesta".

Melania Álvarez remarcó que "las solicitudes de equipos de protección individual han de canalizarse a través de la gerencia del área sanitaria correspondiente" y que "el Gobierno del Principado está extremando las gestiones para que este material sea provisto con la mayor brevedad al conjunto de servicios sociales afectados, tanto públicos como privados".

Distintas fuentes confirmaron que ya reparten mascarillas en los geriátricos públicos del Principado. Por ejemplo, a la residencia Santa Teresa llegó una partida de cien mascarillas por planta.

La plantilla de los Establecimientos Residenciales de Ancianos de Asturias (ERA) seguía ayer a la espera de protocolos "claros y unificados" para todos los centros. Tras casi una semana de reiteradas peticiones de equipamiento básico, comenzaron a llegar a las residencias mascarillas, aunque la autorización para su uso no era uniforme en el conjunto de los 26 centros de titularidad pública. "Aún hay centros donde no permiten utilizar estas mascarillas", aseguraban anoche desde el comité de empresa. Y horas antes, personal auxiliar de Tineo, la Mixta de Gijón, Aurora Álvarez (Gijón) y Belmonte aseguraban que no se les permitía su uso.

La situación era diametralmente opuesta en las residencias donde ya había confirmados positivos, Grado, El Cristo y Castrillón. Al cierre de esta edición, se daba por seguro el segundo positivo en la residencia Santa Teresa, de Oviedo, a donde ayer llegó una partida de cien mascarillas por planta, tras las quejas trasladadas en la víspera por personal de enfermería. Otra de las residencias donde sí llegó material de prevención fue la del No-Do, en Avilés. Pero una de las quejas que se mantiene es la escasez del mismo ya que, por ejemplo, en este caso llegaron 50 mascarillas para una plantilla de 59 trabajadores.

"No pedimos las mascarillas para nosotras sino para proteger a nuestros mayores. Somos el único vector contagio para los residentes porque venimos de fuera y es una situación que se repite 3 veces a lo largo de la jornada por eso hay que poner medios para minimizar el riesgo de contagio", aseguraba ayer a LA NUEVA ESPAÑA una de las auxiliares que ha visto cómo cambiaban radicalmente las condiciones de trabajo por el coronavirus. Desde la representación sindical, se recalca que desde el estallido de esta crisis sanitaria "se pidió trabajar con mascarilla para minimizar el riesgo de contagio, pero la instrucción es que solo se utiliza cuando hay casos positivos o sospechosos". El personal de las residencias públicas también insiste en que fueron los primeros en pedir la eliminación de las actividades en grupo y de la rotación de personal como fisioterapeutas, podólogos y animadores, "una medida que, por fin, se adoptó ayer pero que costó que entendieran que era un riesgo".

Entre tanto, la consejera de Derechos Sociales, Melania Álvarez participó en el pleno del Consejo Territorial de Servicios Sociales y la Dependencia, celebrado por videoconferencia, ante el que reclamó que en el reparto de medios se tenga en cuenta la población envejecida y también la regla de redistribución que apoya a las comunidades con menos renta per cápita. "Sin embargo sí se han incorporado al reparto las que tienen régimen foral", cuestionó.

Crítica con el reparto

La Consejera de Derechos Sociales reclamó material protector para las plantillas de las residencias públicas y privadas, centros de personas con discapacidad y personal del servicio de ayuda a domicilio, así como a quienes están en mayor vulnerabilidad. Asturias, subrayó Álvarez, tiene la mayor edad media de España, cinco puntos por encima que el cómputo medio. "Un 25,7% de nuestra población supera los 65 años y la inversión en recursos y servicios a personas mayores y dependientes supera los 257 millones (...) No estamos conformes con los criterios planteados hasta ahora para el reparto del fondo social extraordinario destinado a las consecuencias del COVID-19", recalcó.