La necesidad de ordenar datos para afrontar la desescalada con un mínimo de rigor está llevando al Ministerio de Sanidad a tratar de ofrecer de manera desagregada las estadísticas de la pandemia de COVID-19. Hoy, por ejemplo, ha optado por separar los casos positivos confirmados por la prueba de PCR de los positivos por test de anticuerpos, pero este último aún tiene problemas porque algunas comunidades no separan en esos resultados a los obtenidos de pacientes con síntomas o asintomáticos.

Sin embargo, esa nueva contabilidad le ha permitido al gobierno anunciar con trampa que el número de curaciones era por vez primera superior a la de nuevos casos. Pero únicamente se refería a los detectados por PCR. Nuevamente, el ministro ha vuelto a decir que "ahora sí estamos doblegando la curva", como si todas las veces anteriores que lo pronunció no estuviese sucediendo. La falta de claridad de los políticos para expresar lo que está sucediendo en la estadística de la enfermedad contribuye a generar más confusión.

En Asturias, los datos vuelven a presentar dos caras. Por un lado, la cifra de fallecidos sigue alta (8 decesos), lo que nos mantiene en un largo proceso descendente de la curva de muertes, algo que se debe al elevado porcentaje de casos detectados en residencias geriátricas, con personas de avanzada edad, precisamente donde la letalidad del virus es mayor. Por el otro, siguen descendiendo las cifras de hospitalización, y la ocupación de las UCIs baja de 50. El número de nuevos casos detectados es de 37, una cifra prácticamente igual al número de recuperaciones más fallecidos, lo que es un indicador claro de que a partir de ahora, de mantenerse la tendencia, las cifras sanitarias comenzarán a descender rápidamente.

¿De dónde provienen los nuevos casos detectados? Desde hace días prácticamente se originan en ambientes hospitalarios y en las residencias de ancianos. Buena parte de los positivos son trabajadores sanitarios y asistenciales; otra parte menor, personas de servicios esenciales como agentes de policía o empleados de supermercados. De hecho, la gran bolsa de casi 7.000 personas vigiladas en sus hogares con síntomas compatibles con el COVID-19 se ha reducido a bastante menos casos activos. En toda lógica, una vez iniciado el confinamiento hace 41 días, las vías de contagio exterior quedaron cercenadas, y los nuevos contagiados no vinculados a actividades sanitarias o asistenciales fueron familiares en hogares en los que había un infectado.

La curva del modelo matemático de los asturianos Juan Luis Fernández (catedrático de Matemática Aplicada de la Universidad de Oviedo) y Zulima Fernández-Muñiz (profesora de la misma institución académica), constata esa tendencia descendente que hace que la evolución de los contagios siga la curva que ya habían anticipado al inicio de la pandemia. Incluso la cifra total de contagiados (2.546) es prácticamente la que estos ingenieros de minas habían pronosticado (2.600 contagiados en total).

¿Cuál es la forma correcta de combatir el virus?

Poco conocen los científicos aún sobre el coronavirus SARS-CoV-2, causante del COVID-19. Ahora comienzan a intuirse algunos de sus secretos y los médicos encuentran fórmulas de atajar sus efectos mucho más avanzadas de las que emplearon los médicos chinos en el inicio de la pandemia. Por ejemplo, se da por hecho que es la inflamación la verdadera cara de la enfermedad, más que los efectos respiratorios. Tampoco está claro cómo afecta el virus a los asintomáticos o qué porcentaje de población está infectada. Algunos estudios afirman incluso que algunas gripes del mes de febrero pudieron ser en realidad COVID-19.

El estudio serológico que llevará a cabo España será una buena manera de conocer las dimensiones reales de la pandemia que ya ha causado cerca de 25.000 muertes en nuestro país. Algunos estudios ya realizados obtienen una cifra de personas inmunizadas entre el 3 y el 15 por ciento. No obstante, el último realizado en Nueva York eleva ese porcentaje al 14 por ciento, aunque algunos expertos ponen en duda la cifra al evaluar el margen de error de los test.

A Juan Luis Fernández le han llamado la atención las declaraciones del matemático israelí Isaac Ben-Israel, quien ha afirmado que puede haber un patrón en la enfermedad, por el cual la propagación del COVID-19 alcanza un máximo a los 40 días y disminuye casi a cero después de 70 días "sin importar dónde golpee y sin importar qué medidas impongan los gobiernos". El matemático isralí defiende el distanciamiento social pero cuestiona el cierre generalizado de las economías. En un acalorado debate televisivo con el profesor Gabi Barbash (exdirector general del Ministerio de Salud), defendió que el mismo patrón se observaba tanto en los países que habían tomado medidas duras de confinamiento, como en aquellos que habían optado por otras más laxas.

Cuando salgamos del confinamiento y comprobemos con qué intensidad vuelve el virus, cómo es su evolución y conozcamos si nos enfrentaremos a él de forma permanente o estacional, aprenderemos muchas más cosas sobre este patógeno hasta ahora desconocido.

La previsión para España

Estos son los datos y pronósticos inmediatos para el conjunto de España, según el modelo de Juan Luis Fernández y Zulima Fernández-Muñiz.

El pronóstico de las distintas comunidades

Esta es la evolución de la pandemia en las diferentes comunidades autónomas, según el modelo de Juan Luis Fernández y Zulima Fernández-Muñiz. Han incorporado a su modelo la evolución prevista de los fallecimientos.

Andalucía

Aragón

Asturias

Baleares

Canarias

Cantabria

Castilla-La Mancha

Castilla y León

Cataluña

Madrid

Comunidad Valenciana

País Vasco

Extremadura

Galicia

Murcia

Navarra

La Rioja