Los médicos que trabajan en los servicios de emergencias alertan de las consecuencias "la segunda ola" de la pandemia de coronavirus que atraviesa España y advierten que las urgencias hospitalarias se encuentran "al borde de la saturación". El Ministerio de Sanidad ha registró ayer 9.437 casos de covid-19, 3.022 diagnosticados en las últimas 24 horas, lo que eleva la cifra total de personas infectadas en España por coronavirus a 603.167. La cifra global de fallecidos ya supera las 30.000 personas -30.004 exactamente-, con 156 fallecidos ayer y 303 en la última semana.

Actualmente hay 9.752 pacientes ingresados por covid-19 en toda España y 1.273 en UCI. La tasa de ocupación de camas ocupadas por coronavirus es ya del 8,5%.

El vicepresidente segundo de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, Pascual Piñera, aseguró ayer, durante su intervención en el I Congreso Nacional covid-19, que las urgencias se encuentran "tensionadas", porque deben atender a todo tipo de pacientes, tanto a los enfermos de covid como al resto.

En su opinión, se deberían configurar todos los servicios de urgencias como circuitos covid, dada la amplitud de síntomas que puede presentar un paciente con SARS-CoV-2 y la "banalidad" que cada vez presentan más enfermos. "No sería descabellado atender a todos los pacientes como si fueran sospechosos de coronavirus", manifestó.

Piñera subrayó que no se puede volver a tolerar el nivel de contagio a sanitarios registrado en la primera ola de la pandemia, que representaba el 25 % del total de los pacientes. Ha pedido, además, una auditoría externa "de forma urgente" y un análisis independiente de la gestión de la pandemia.

El presidente de la organización, Juan Jorge González Armengol, indicó que la capacidad de diagnóstico con PCR "puede ser limitada", dada su exhaustiva logística y protocolos, y ha apostado por los test antigénicos, que "pueden dar un buen resultado para el manejo asistencial tanto en Atención Primaria como para los servicios de Urgencias".

Entretanto, continúa la carrera por la vacuna. Ayer, el ministro de Sanidad ruso, Mijaíl Murashko, informó de que un 14 % de los rusos vacunados con la Sputnik V han sufrido efectos secundarios. "Más de 300 personas fueron vacunadas. Aproximadamente un 14% de ellas se quejó de un poco de debilidad, leves dolores musculares a lo largo del día y, a veces, de fiebre", dijo Murashko. En Estados Unidos, el presidente Donald Trump aseguró ayer que podría aprobar una vacuna contra el covid "en cuestión de semanas". "No lo estoy haciendo por razones políticas, quiero la vacuna rápido", dijo, desvinculando sus prisas de las inminentes elecciones presidenciales, y añadió que sin la operación "Warp Speed" ("Velocidad de la luz"), la iniciativa de su Gobierno para acelerar la investigación, la inmunización podría tardar años en llegar.