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Amador Menéndez Premio a la difusión científica de la Sociedad Española de Materiales

“Falta una alfabetización científica para distinguir la verdad de la pseudociencia”

“Los materiales del futuro serán inteligentes, dialogarán con su entorno y tendrán capacidad de autorrepararse de forma automática”

Amador Menéndez.

Amador Menéndez, investigador del centro tecnológico Idonial, acaba de obtener el Premio nacional a la difusión científica en materiales 2021, concedido por la Sociemat (Sociedad Española de Materiales). Menéndez es articulista de LA NUEVA ESPAÑA y coordinador científico de la Semana de la Ciencia que organiza este periódico.

–El avance tecnológico-científico se acelera cada día más. ¿Hace falta más divulgación científica para volver a comprender cómo está cambiando el mundo?

–Vivimos tiempos exponenciales. Hoy en día diferentes tecnologías emergentes se funden en un fascinante sinergismo en el que el todo es mucho mayor que la suma de sus partes. Podríamos hablar de revolución, pero sería infravalorar la magnitud del cambio y su impacto. Por primera vez en la historia de la humanidad estamos en los albores de una singularidad tecnológica. La ciencia y la tecnología avanzan hoy a velocidad de vértigo y de forma exponencial. La sociedad puede y debe estar informada de estos avances científico-tecnológicos que cambiarán nuestras formas de vida. La divulgación científica se hace cada vez más necesaria.

–Con la pandemia, la ciencia alcanzó un protagonismo máximo gracias al desarrollo de las vacunas.

–Esperemos que este entusiasmo actual no sea algo pasajero. Debemos concienciarnos de que la ciencia y la tecnología no son un gasto sino una inversión y una necesidad de nuestras sociedades. La pandemia nos ha mostrado nuevas fórmulas de éxito de la I+D+i. Científicos de muy diferentes disciplinas y procedencia se han unido para tratar de vencer a un enemigo común: el coronavirus. Los grandes retos de nuestra era, como la salud humana y el cambio climático, requieren de una aproximación multidisciplinar. La pandemia también ha servido para mostrar la importancia del trinomio ciencia-tecnología-empresa, de conectar los mundos académico e industrial. Solo así será posible mover productos del laboratorio al mercado en beneficio de la sociedad.

–Dado el enorme impacto social que las tecnologías digitales están causando (polarización, difusión de desinformación, discursos de odio...), ¿se hace necesaria una alfabetización para tecnológica?

–Las tecnologías digitales han hecho posible una “era de la información” que en ocasiones se traduce en una “era de la (des)información”. El problema proviene en gran parte en las redes sociales. Con ellas llega el modelo de “prosumidor”. Todos podemos ser consumidores pero también productores de la información. Estas redes ofrecen una gran libertad de expresión y todos podemos tener voz. Sin embargo, también alimentan la difusión descontrolada de contenidos conspirativos y pseudocientíficos. Esa un grave problema que ya ha sido calificado en 2013 por el Foro Económico Mundial como una de las mayores amenazas para la sociedad. Necesitamos una alfabetización que permita formar ciudadanos muy críticos a la hora de analizar la información recibida. Desde el punto de vista científico, se hace necesaria también una alfabetización científica que permita distinguir entre la verdadera ciencia y la pseudociencia. Científicos y medios de comunicación podemos y debemos contribuir a ello. Eventos como la Semana de la Ciencia de LA NUEVA ESPAÑA son fantásticas iniciativas que contribuyen a esta alfabetización.

–¿Cuánto nos puede cambiar la vida los nuevos materiales que se están desarrollando?

–Los materiales son las huellas del hombre en la historia de la humanidad.No es casualidad que las distintas etapas de la civilización hayan sido nombradas por medio de materiales: Edad del Bronce, Edad del Hierro, etc. La nueva era en la que estamos inmersos no se caracteriza por ningún material en concreto, sino por nuestra capacidad para fabricar materiales “a la carta”, con propiedades controladas y para fines específicos.

– De todas las nuevas líneas de investigación en este campo, seleccione alguna especialmente relevante o puntera.

–Los materiales del futuro serán inteligentes y dialogarán con su entorno, proporcionando respuestas específicas a estímulos determinados. Por ejemplo, haciendo uso de materiales inteligentes en las ventanas será posible regular con precisión el flujo de luz y calor hacia el interior de las viviendas, contribuyendo así a la eficiencia energética de los edificios. ¡En el futuro tendremos inteligencia no solo en las maquinas, sino también en los materiales! Dentro de la categoría de materiales inteligentes se sitúan los materiales con capacidad de autorreparse, un gran sueño de la ciencia de materiales. Estos materiales podrían integrarse en el futuro en las alas de los aviones o en una nave espacial para que así puedan repararse de forma automática en pleno vuelo.

–¿En qué está usted trabajando ahora?

–“Todos los días juegas con la luz del universo”, sostenía Neruda en uno de sus poemas. Y ciertamente mi vida científica la he dedicado a “jugar con la luz”. Mis líneas de investigación se centran en la nanofotónica o diseño de nanomateriales y dispositivos para la captura, guía y manipulación de luz. Por ejemplo, mediante una combinación de diferentes nanomateriales podemos capturar eficientemente la radiación solar para desarrollar una nueva generación de celdas solares fotovoltaicas.

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