Lo mismo diseña un hotel a orillas del lago Como o en Singapur que equipa un yate de lujo. Con su empresa Cassina es una referencia internacional en el diseño de mobiliario y de interiores. Patricia Urquiola (Oviedo, 1961), la diseñadora española con mayor proyección internacional, se atreve ahora con la moda. A invitación de la firma italiana de prêt-à-porter Max Mara ha creado la colección cápsula “Habito”, para la temporada otoño/invierno y disponible a partir de agosto en las tiendas Weekend Max Mara y algunos establecimientos multimarca repartidos por todo el mundo.
La arquitecta ovetense, que acaba de recibir el Madrid Design Festival Award en reconocimiento a toda su trayectoria, fue invitada por Max Mara ha participar en su programa Signature, que ya va por su décima edición y en el que antes habían colaborado la modelo sudanesa Alek Wek, la editora de moda Lucinda Chambers o el ilustrador Donald Robertson.
Para Patricia Urquiola y Alberto Zontone, su socio y marido, la experiencia ha resultado, además de interesante, “divertida”. La modelo que posa con las 22 prendas que conforman la colección es la estadounidense Taylor Hill, uno de los ángeles de Victoria’s Secret y Urquiola y sus hijas, Giulia y Sofia, también se han fotografiado con la ropa.
Para “Habito” ha diseñado prendas amplias, coloristas, cómodas, con diferentes texturas y sorprendentes, de modo que una camisa se convierte en suéter o los abrigos y las chaquetas acolchadas se funden en una sola prenda.
“Mi trabajo consiste en investigar la forma en que habitamos un espacio o vivir una experiencia. ¿Por qué no hacerlo también con la ropa? Al fin y al cabo es como una parte de nuestro hogar que va con nosotros. La narrativa de este proyecto se fundamenta en la ropa que te da la bienvenida, como si fuera una casa, un hábitat emocional”, explica. Se ha recreado sobre todo en los icónicos abrigos de Max Mara, en los que ha recurrido al nylon técnico, creando efectos opacos, brillantes y reflectantes. Ha reinterpretado la bota Chelsea, con flecos en la parte delantera, y el bolso Pasticcino, éste último en dos versiones: con tela acolchada y con resplandores iridiscentes.
Urquiola había tenido algunos coqueteos con la moda, aunque no de tanto alcance como en esta ocasión. En su día firmó un bolso para Salvatore Ferragamo, otro bolso y unos pañuelos con el diseñador y DJ Virgil Abloch para Off White y toda una línea de bolsos para Valextra.
