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Emocionada despedida a David Ruiz, que “amaba la docencia, la historia y Asturias”

El hermano sacerdote del profesor oficia el funeral y su hijo mayor traslada a amigos y familiares un divertido mensaje póstumo de su padre

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La iglesia de La Argañosa acogió el funeral por el historiador David Ruiz Elena Fernández-Pello

El funeral del historiador David Ruiz González, fallecido el pasado sábado en Oviedo a los 88 años, congregó esta mañana en la iglesia parroquial de San Pablo de La Argañosa a amigos y familiares, y además a muchos compañeros de la Universidad de Oviedo y de militancia política. La ceremonia fue oficiada por uno de sus hermanos, el sacerdote José María Ruiz, que viajó desde Reinosa, donde reside, y que, al final de la homilía y tras reflexionar sobre el sentido de la muerte desde la fe, se tomó un tiempo para el recuerdo. “Mi hermano amaba la docencia, su vocación era enseñar; amaba la historia, era un apasionado de su estudio y de la historia de Asturias. Amaba esta tierra, que era su primera patria porque vivió aquí más años”, contó de él.

Apegado a sus dos patrias, David Ruiz decidió que sus cenizas se repartieran entre Oviedo, en la tumba de la familia de su viuda, Ana Cristina Tolivar Alas, en el cementerio de San Salvador, que es también la del Rector Alas y la de Clarín, y la tumba de sus padres, que reposan en el pequeño pueblo de Susilla, en Cantabria. 

El hijo mayor de David Ruiz, David Ruiz Bascarán, nacido como sus otros tres hermanos, María, Juan y Ana, de su primer matrimonio con Carmen Bascarán, tomó la palabra al final de la ceremonia religiosa para trasladar un mensaje póstumo que, como reveló, su padre le había encomendado en sus últimos días. David Ruiz quiso que, en su nombre, transmitiera su agradecimiento a los asistentes a su funeral y que –igual que Groucho Marx tenía pensado que escribieran en su epitafio– le disculpara por no poder levantarse a recibirlos. Su hijo lo hizo tal y como él pidió, a pesar de que la voz se le quebró por la pena y tuvo que tomarse unos segundos para recobrarse.

El Rector Ignacio Villaverde asistió al funeral y se mostró muy afectuoso con la familia. El catedrático de Psiquiatría, Julio Bobes, y el de Derecho Constitucional, Francisco José Bastida, coincidieron con él a la entrada de la iglesia, donde también esperaba el inicio de la ceremonia el escultor Fernando Alba. El decano de Filosofía y Letras, Javier Gómez; Javier Junceda y Florencio Friera, del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA); el exconsejero de Cultura del PSOE, Manuel Fernández de la Cera; los ex concejales del Ayuntamiento de Oviedo, Roberto Sánchez Ramos, Rivi, y Cristina Pontón; el decano del Colegio de Notarios, José Esteban Fernández-Alú; la presidenta de la Fundación Musical Ciudad de Oviedo, Pilar Rubiera; la directora artística de La Castalia y compañera de Ana Cristina Tolivar en el Conservatorio de Oviedo, Begoña Tamargo. Todos coincidieron en la despedida a David Ruiz. 

La soprano Vanessa del Riego y el organista de la Catedral, Guillermo Martínez, acompañaron el funeral, que transcurrió con la urna cineraria con los restos del historiador y unas flores a los pies del altar. En la primera fila compartieron banco la viuda y los hijos de David Ruiz; más atrás se sentó el resto de la familia, sus nietos, su primera esposa –que se acercó muy cariñosa a la viuda– y su cuñado, el ex concejal ovetense Leopoldo Tolivar. 

Durante la liturgia, en la que José María Ruiz contó con la asistencia del párroco de San Pablo, Antonio Vázquez, y otro sacerdote, Marcos Argüelles, sonaron Brahms, Schubert y Fauré. Fue “Après un rêve” de este último la que cerró el acto fúnebre. El oficiante añadió a las peticiones una por la paz en Ucrania, que estuvo seguro de que David Ruiz hubiera compartido: “Mi hermano repudiaba la guerra”, recordó. 

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