El pintor maliayés Guillermo Simón (1968) vuelve a exponer en Asturias, por primera vez desde 2017. El próximo jueves, día 14, se inaugura a las 19.30 horas en la galería Llamazares de Gijón "La piel de los espejos", una muestra que permanecerá abierta hasta el 30 de agosto y donde se recoge obra de tres momentos pictóricos diferentes de un artista que tiene al mar, y a la memoria visual del agua en general, como fuente de inspiración.
Simón lleva al espacio de Gema Llamazares 16 obras de formato grande y mediano. Quien se acerque a contemplarla podrá disfrutar de la evolución de este creador a lo largo de los últimos tres o cuatro años. En esta exposición Simón se mueve entre tres aguas podría decirse. Una de ellas está emparentada con su anterior muestra individual, "Génesis" (2020, galería Malvin de Madrid), una serie de paisajes primigenios, explosiones pictóricas que trasladaban al espectador "al origen de los tiempos", donde el agua actúa como principio generatriz.
Hay un segundo momento –"Más placido", dice Simón– que se plasma en piezas donde la pintura se transforma en la superficie cambiante del agua cuando la luz incide sobre ella. Esa placidez surge, en parte, de la propia experiencia vital del artista. Simón admite que la pandemia le "transformó" y en sus escapadas por Rodiles empezó a incluir el baño en cualquier época del año y, además, empezó a remar en kayak. "Es un escape, me da una paz tremenda", apunta este creador para quien la pintura es una actividad que está "entre bucear y surfear".
El tercer momento pictórico de la nueva exposición de Simón corresponde a su última serie, donde los cuadros representan el efecto de las gotas de agua sobre un cristal y, detrás, un paisaje difuso, apenas intuido. Estas piezas, como dice el artista, habla de la propia esencia del ser humano, que vive en el tiempo como las gotas forman parte del agua. La exposición cuenta con un acertadísimo texto introductorio de Santiago Martínez, crítico de arte y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA.
La gran cantidad de piezas producidas por Simón en estos últimos años ha obligado al artista a hacer una selección que se acomodase a la capacidad de la galería Gema Llamazares. No obstante, habrá una segunda parte. En otoño, aún en una fecha sin determinar, la sala del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo acogerá otra exposición sobre la obra, siempre acuática y azul, de Simón.
