Entrevista | Sergio Gallego Vicepresidente del Colegio de Médicos de Asturias

Sergio Gallego, vicepresidente del Colegio de Médicos: "Es difícil creer que haya un embarazo por un precio sin una gran necesidad económica"

"La ley establece nulo el contrato para la gestación a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor del contratante"

Sergio Gallego.

Sergio Gallego. / Tino Pertierra

Tino Pertierra

Tino Pertierra

«La gestación por sustitución altruista no es contraria a la Deontología Médica, siempre que se preserve la dignidad de la mujer y el interés superior del menor», reza el nuevo Código de Deontología Médica. Sergio Gallego, vicepresidente del Colegio de Médicos, profundiza para LA NUEVA ESPAÑA en un debate avivado por el caso de la famosa Ana Obregón.

–La fama de la protagonista lo único que hace es volver a poner sobre la mesa un asunto sobre el que no ha habido forma de poner de acuerdo ni al Tribunal Supremo, ni a los partidos políticos, ni a las instituciones y ni a los países. No hay más que ver las sentencias y autos sobre la filiación de los niños nacidos en el extranjero por este medio, ilegal actualmente en España.

–¿Atenta contra la dignidad de la mujer?

–Es uno de los grandes debates que hay porque es difícil creer que una mujer se preste a un embarazo por un precio si no está muy necesitada económicamente. Por otro lado, tampoco es muy creíble que si lo hace gratis, no subyazca una presión externa que limita su autonomía. Suelen ser siempre mujeres que se prestan a quedar embarazadas para satisfacer los deseos de otro familiar que se siente frustrado por no tener hijos.

–¿Es un acto mediatizado por la prestación económica?

–En los embarazos a título lucrativo es evidente. No hay más que ver de qué países y entornos suelen ser las madres que se prestan a ello. El término «explotación reproductiva» no me lo he inventado yo.

–¿Condicionar la decisión y su consentimiento es aceptable desde un punto de vista ético?

–Los problemas éticos van mucho más allá del mero consentimiento. Normalmente, cuando esto se contrata en el extranjero se firma un contrato de gestación. A partir de ese momento cabe preguntarse cuestiones tales como si la mujer gestante es libre para abortar si lo desea; si se detecta una malformación o un problema grave de salud, los futuros padres o comitentes pueden exigirle que aborte, si los comitentes tienen obligación de hacerse cargo del recién nacido en esas condiciones o pueden abandonarlo renunciando al contrato.

–¿La existencia de vínculos familiares entre los “padres” y la madre subrogada alteraría algo?

–Precisamente hay sectores de expertos que creen que debe prohibirse la existencia de vínculos familiares entre comitentes y mujer que lleva adelante el embarazo para evitar problemas que pueden afectar al menor en el futuro. Existen dos casos reales que se suelen utilizar en cursos para analizar si éticamente suscitan cuestiones distintas o no. En 2015, la señora. Casson, de 46 años, gestó un hijo para su hijo, homosexual soltero. El niño fue concebido con un óvulo donado y el esperma del hijo de la señora Casson. En 2016 la señora Thompson, de 54 años, gestó a la hija de su hija. Los embriones que se implantaron eran fruto de fecundación in vitro realizada con gametos del matrimonio que no había podido tener descendencia hasta aquél momento. Ambas mujeres se convirtieron en madres gestantes y abuelas legales de los niños gestados y el hijo de la señora. Casson fue padre legal y biológico y, a la vez, hermano del niño al tener madre gestante en común.

–¿Se puede entender que para paliar la pérdida de un hijo se recurra a un vientre de alquiler?

–No creo que ante un duelo no aceptado haya que recurrir a esos extremos.

–¿Qué problemas acarrearía la regulación?

–El embarazo bajo precio, lo que se llama «vientres de alquiler» y el embarazo sin precio, que para dulcificarlo se llama «gestación subrogada» son lo mismo y encierran el mismo problema. O hay precio o normalmente hay limitación de la autonomía y libertad de decisión porque prácticamente siempre hay una dependencia afectiva. Por eso son muy pocos los países que han regulado esta cuestión. Nuestro legislador ha sido rotundo prohibiendo ambas situaciones. La Ley sobre técnicas de reproducción humana asistida establece que es nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor del contratante o de un tercero.

–¿Sería admisible como última alternativa terapéutica al resto de técnicas de reproducción humana asistida?

–Sería una regulación que no daría satisfacción a un sector muy importante de quienes recurren a la maternidad de alquiler ya que en muchas ocasiones no se trata de un problema susceptible de técnicas de reproducción asistida, como es el caso de numerosos «famosos» que estos días se han vuelto a poner de moda.

–¿Qué problemas pueden plantearse al recién nacido con el paso del tiempo?

–Actualmente el primer problema que se suscita es el de la filiación, es decir, el de su situación legal. Superado este, desconozco el alcance real de las teorías sobre la importancia para el desarrollo y futura personalidad del feto la relación intrautero con la madre real, lo que se denomina espacio psíquico de la gestación. Imagino que los problemas futuros estarán más vinculados al ambiente, entorno afectivo y social, trato, educación... que el niño viva, con independencia de la propia gestación en sí.

–¿La edad de Ana Obregrón, 68 años, presenta inconvenientes éticos?

–Yo tengo claro que no tendría un hijo/nieto por los evidentes inconvenientes que presenta, pero reconozcamos si se tratase de un padre de esa misma edad y sin que hubiese por el medio el asunto de la maternidad subrogada, no habría noticia de prensa ni tanto alboroto.

–¿Coincide con algún planteamiento político o sería preferible que hablaran los expertos?

–Las leyes de los países ni las deciden ni las hacen los expertos. Las leyes obedecen a decisiones políticas, al menos en su origen. Supongo que como estamos en campaña electoral es por lo que los políticos ya nos están contando las excelencias de sus ideas sobre los «vientres de alquiler», según unos, o la «maternidad subrogada» según otros, aunque este fuese un tema que llevaba unos años aparcado.

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