Premios Princesa de Asturias 2023

Meryl Streep, a los estudiantes de Arte Dramático de Gijón: "Interpretar es como esculpir en la nieve"

"Sigo teniendo muchos sueños", asegura la artista estadounidense en La Laboral

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Meryl Streep, a los estudiantes de Arte Dramático de Gijón: "Interpretar es como esculpir en la nieve"

Amor Domínguez / Marcos León

Pablo Palomo

Pablo Palomo

A Meryl Streep la pusieron ayer delante del espejo los alumnos de la Escuela de Arte Dramático del Principado de Asturias. Y lo que la actriz vio en el reflejo del cristal fue a Federico García Lorca, Santa Teresa de Jesús, Lope de Vega y Nuria Espert. Y también a Margaret Thatcher, Donna Sheridan y a Joanna Kramer. Los 19 actores de la obra «In to the ESAD», la representación que emocionó ayer en Gijón a la premio «Princesa de Asturias» de las Artes, lograron condensar en poco menos de 25 minutos la historia del teatro español y a la vez demostrar una de las mayores verdades que existen. Quizás, la única. Que el teatro, la dramaturgia y, si se quiere, la cultura son universales porque su lenguaje es el de las emociones. Y emoción fue lo que derrochó la tres veces ganadora del Oscar al acabar la obra, cuando saltó al escenario y abrazó a varios de los jóvenes actores, algunos de ellos veinteañeros. «El teatro consiste en resolver las contradicciones de la vida. Y en ponerle sentido a la vida a través de él», les explicó, entre apalusos.

Streep llegó La Laboral jaleada como una reina. Lo que es. Se sentó en primera fila en el teatro de la ESAD para contemplar la obra de los aprendices de actor. La estadounidense pudo contener las lágrimas a duras penas. Logró retenerlas en sus ojos verdes, pero sus gafas de montura negra parecieron empañarse más de una vez por lo que veía. Streep miraba al tendido y de reojo a la traducción en inglés cuando el texto era en castellano. Miraba poco porque aunque no entiende español entiende mejor que nadie de emociones. Y del trabajo enorme que lleva hacer una pieza como la de ayer. Begoña Quirós, profesora de canto de la ESAD, interpretó el personaje que hizo de hilo conductor entre varias escenas recuperando algunos de los mejores textos dramáticos patrios. Su personaje puso de relieve una de las luchas más convencidas de Streep: el del papel de la mujer y de la actriz que entra en la madurez y sus dificultades. Muchas de ellas recopiladas en ese purgatorio, como se representó en la obra de Gijón, que son los castings. Un trance al que todos los actores se enfrentan, sean alumnos o estén considerados como uno de los mejores intérpretes de la historia. «Es una gran defensora de las mujeres», recordó Quirós.

La representación arrancó con «La vida es sueño» de Calderón de la Barca. Se asomaron, con guiños a las películas de Streep, Federico García Lorca, con un fragmento de «La Casa de Bernarda Alba», y con «Doña Rosita, la soltera». En esta parte se invocó a Nuria Espert, premio Princesa de las Artes de 2016. El texto se acompañó con un discurso de la actriz en español. Hubo más. Se recitaron los versos de Santa Teresa de Jesús de su poema «Muero porque no muero», recientemente resucitada en Mieres por Paco Becerra. Hubo fragmentos dedicados a Lope de Vega y «El Caballero de Olmedo», el «Don Juan Tenorio» de Zorrilla y autores más cercanos, como Angélica Liddell, Rodrigo García o Juan Mayorga, homenajeado el año pasado en la ESAD en igual contexto que Streep.

 La obra recuperó algunos de los mejores momentos de la carrera de la actriz. También, de forma sutil, de su vida personal. Se recordaron papeles suyos como «Los Puentes de Madison», «Kramer contra Kramer» o «La Dama de Hierro», donde la americana dio voz y rostro a la primera ministra de Reino Unido Margaret Thatcher. Sonaron, por algunos segundos, los acordes de «La Leyenda del Tiempo» de Camaron. Hubo espacio para el humor trayendo a colación a Freddie Mercury con la canción de «Queen» «Bohemian Rhapsody» en la parte en la que dice aquello de de «Oh, mamma mia», en un claro guiño a la cinta «Mamma Mia!».

Los alumnos de la ESAD, que llevan semanas preparando la obra, demostraron que la interpretación va más allá que los efectos especiales y la recaudación en taquilla. Demostraron que, con pasión y entrega, y apenas un par de sillas y unos telones blancos, se puede emocionar a una de las más grandes del séptimo arte. «Interpretar teatro es como esculpir en la nieve. Me llevo grandes recuerdos. La vida está llena de contradicciones y tenemos que resolverlas. El teatro consiste en eso», dijo Meryl Streep al acabar la obra en la que se vio en el reflejo universal de la cultura. 

El emotivo abrazo entre Meryl Streep y su "pequeño" gran fan: "Me dijo que no llorara"

Pablo Palomo / Marcos León

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Juan Fernández no pudo evitar las lágrimas cuando Meryl Streep reparó en que llevaba una camiseta con su foto y un libro en sus manos y se paró a firmarle un autógrafo. El pequeño acudió al encuentro entre la actriz y los estudiantes de la Escuela de Arte Dramático de Gijón porque su madre, Begoña Quirós, era una de las protagonistas de la obra que representaron para la premiada con el galardón de las Artes. "He visto todas sus películas pero me gusta La decisión de Sophie y El Diablo Viste de Prada", confesó ante los medios. La intérprete no pudo evitar fundirse en un abrazo con su pequeño gran fan. "Me dijo que no llorara", confesó. A Juan le gusta la interpretación pero su sueño es ser director de cine y por eso le ha pedido a Meryl Streep que le espere porque su sueño es llegar a hacer una película.

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