Meryl Streep le pone swing a la gaita y baila durante su recibimiento en Oviedo

La actriz rompe la formalidad del saludo protocolario ante el Reconquista y se marca unos pasos con el "Saltón" de la banda "El Gumial"

Una emocionada Meryl Streep se lanza a bailar con la banda de gaitas "El Gumial" de Aller

Amor Domínguez

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

El saludo de Meryl Streep a las puertas del hotel de la Reconquista, un protocolo con el que cumplen todos los premiados con los "Princesa de Asturias" a su llegada a Oviedo, se hubiera quedado en mera formalidad si no hubiera sido por la espontaneidad de la actriz. Había llegado el día anterior por la mañana antes de lo previsto, sorprendiendo a los medios de comunicación y a sus admiradores, así que el gesto de ayer, un día después, no tenía que ser más que eso, un gesto para las cámaras. Y en eso se hubiera quedado si la artista no se hubiera dejado llevar por el ritmo de las gaitas, que acompañaron su salida interpretando el tradicional "Saltón", y acabara rompiendo la solemnidad del acto con mucho swing.

Meryl Streep salió a la puerta del hotel luminosa y sonriente y, a los pocos segundos, el cuerpo ya se le iba al ritmo de la música de la Banda de Gaitas "El Gumial", de Aller, que llevaba un par de días preparándose para ese momento. A la ganadora del premio de las Artes le dedicaron un "Saltón" algo versionado, con un toque de percusión. Ella saludó amablemente, agitando la mano en el aire, se colocó ante el panel de los Premios –este año incorporado a un trampantojo que disimula los desperfectos por las obras en la fachada del antiguo hospicio– y otra vez se le fueron los pies al son de las gaitas. Hasta que, al final, ya no pudo resistirse más, descendió las escaleras, se colocó a la altura de los músicos y se marcó unos pasos, primero tímidamente y después más suelta, siguiendo la melodía con movimientos algo rockeros. En su estilo al bailar, a Diego Lobo, director de "El Gumial", le pareció percibir reminiscencias de Michael Jackson. Sea como fuera, el gaitero reconoce en la actriz, además de simpatía, una profesionalidad fuera de serie. "Es que es una profesional, allí, improvisando", recalca.

La agrupación folclórica allerana lleva ocho años tocando en los premios "Princesa de Asturias", ha ganado distinciones nacionales e internacionales, pero nunca una actuación suya tuvo tanta repercusión como los breves minutos en los que hicieron que Mery Streep se lanzara a bailar en plena calle y convirtiera en una fiesta lo que no era más que un cotidiana mañana otoñal.

La actriz, acompañada por la directora de  la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, de camino al interior del hotel, se despide con un saludo marcial de los músicos de la banda «El Gumial». | Irma Collín

La actriz, acompañada por la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, de camino al interior del hotel, se despide con un saludo marcial de los músicos de la banda "El Gumial". / Irma Collín

La danza de la actriz fue corta. Pronto regresó al interior del hotel donde se hospeda durante estos días con el resto de los premiados. Lo hizo en compañía de la directora de la Fundación, Teresa Sanjurjo, pero antes se despidió de los gaiteros que tanto le habían gustado dedicándoles un saludo marcial, con la mano en la frente.

Que Meryl Streep es una apasionada de la música es sabido. La propia actriz lo contó ayer, en el encuentro que mantuvo en la Fábrica de Armas de La Vega con escolares asturianos. Siempre está escuchando música, y la utiliza para ayudarse a entrar en los personajes de sus películas y procurarse un determinado estado de ánimo. Lo saben bien María y Sara Sánchez, que viajaron desde Albacete a Oviedo para verla, felicitarla y entregarle un CD de la soprano catalana Montserrat Caballé, porque han leído que la actriz, como antes su madre, adora la ópera, incluso canta un poco. De que baila y de que no lo hace nada mal, las manchegas María y Sara fueron testigos ayer en primera fila.

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