Ana Isabel Fernández, presidenta de la Fundación Princesa: «He disfrutado mucho estos premios y he sido más consciente de los detalles»

«A la Princesa la hemos visto muy implicada, muy comprometida, con ilusión y responsabilidad, algo que con los años hace más patente»

La presidenta de la Fundación Princesa de Asturias, Ana Isabel Fernández Álvarez, durante su primer discurso en la ceremonia de los premios.

La presidenta de la Fundación Princesa de Asturias, Ana Isabel Fernández Álvarez, durante su primer discurso en la ceremonia de los premios. / Casa del Rey

A. Rubiera

A. Rubiera

Ana Isabel Fernández Álvarez se ha estrenado, en esta edición de los Premios «Princesa de Asturias» recién concluida, como presidenta de la Fundación Princesa de Asturias. Y siente que todo ha ido bien. Tan bien como siempre, apunta, con la diferencia de que ella está más cansada que otras veces.

–¿Qué balance hace de lo que ha vivido? ¿Le ha parecido más fácil o más difícil la tarea de ejercer de Presidenta de la Fundación en la gran cita de los Premios?

–Todos los años la ceremonia de los premios es muy emotiva y eso no era desconocido para mí, claro, porque lo conocía bien como miembro del Patronato. Pero es cierto que ahora lo vives todo más de cerca y con más intensidad, eres más consciente de todos los detalles que antes te podían pasar un poco más desapercibidos, y eso implica que ha sido un poco más especial.

–Nos pareció que se la vio disfrutar.

–Así es. Lo he disfrutado mucho. Y lo he disfrutado por todos, porque detrás de todo está el compromiso total de un equipo muy fuerte y muy profesional, que trabaja mucho y durante mucho tiempo, y eso de alguna forma te empuja también a tí. De alguna manera es como meterte en el papel de «esto tiene que salir bien, por todos», y eso te ayuda a tener un punto adicional que no tenía.

–En el discurso que pronunció en el teatro Campoamor habló del «esfuerzo y la grandeza» como rasgos de los premiados. Pero igual hay que recalcar la generosidad que han tenido todos con su gran participación en los premios.

–No cabe duda de ello. De hecho, es el compromiso de los galardonados con la sociedad el rasgo que les aglutina a todos. Más allá de la excelencia de sus trayectorias, cada uno en el ámbito de su acción, el vínculo que para mí les une es ese compromiso con la sociedad que también les define. Unos tienen compromiso con causas humanitarias, otros con la defensa de la igualdad, otros con la defensa de la educación, de los valores sociales... Y ese reconocimiento implícito es el que ayuda a que la ceremonia, que es el culmen de todo, sea muy redonda.

–Me refería, sobre todo, a la generosidad de todos compartiendo momentos, lecciones, encuentros... con la sociedad asturiana.

–Sí, realmente se han implicado muchísimo en todo. Son importantes los actos en los que participaron, porque generan ese contacto con la sociedad asturiana, pero también lo son mucho los conciertos, las proyecciones... todo lo que se organiza y que ayuda a que se conozca la figura de los premiados y que se les devuelva en forma de cercanía de la gente hacia ellos. Pero desde luego hay que agradecerles a todos lo que se han implicado. También me gustaría reseñar el agradecimiento a los jurados...

–Son el inicio de todo, claro.

–Sí. Hay que agradecerles todo el trabajo que hacen, seleccionando lo mejor entre muchas candidaturas, y eso implica un trabajo de análisis que a veces no se percibe tanto o no se recuerda en el momento final de los premios, pero que sienta las bases de lo que vendrá luego.

–Parecía que, tras el fallecimiento de dos galardonados, Nuccio Ordine y Hèléne Carrére, y con dos «superestrellas» como Meryl Streep y Haruki Murakami, que podían ser más distantes, estos premios presentaban un perfil complicado. Pero no ha sido así.

–Ha sido muy triste que ocurrieran los dos fallecimientos, inesperados y que, ciertamente, suponían una fatalidad. Pero por otra parte nosotros sentimos que hemos llegado a tiempo. A tiempo de que conocieran el galardón y de que ellos nos hicieran llegar sus testimonios y declaraciones de orgullo por recibir este premio. También supimos lo felices que estaban, así que sentimos que fue importante.

–Frente a esas ideas preconcebida que le decía sobre las grandes estrellas, resultó que Meryl Streep bailó al son de la gaita, se ha dejado saludar por todo el mundo, y Murakami ha participado en actos con mucha entrega. ¿Un exito, no?

–Sí, los premiados han tenido una implicación enorme. Aunque cada año resulta que es así. En este caso todos estaban emocionados con el cariño de la gente y agradecen muchísimo los gestos que les llegan. Pero no me gustaría resaltar a nadie porque todos tienen un comportamiento maravilloso, su entrega es enorme, aunque tengan distinto tirón popular.

–¿Qué les han transmitido? ¿Con qué sensación se van de Asturias?

–Todos han transmitido su emoción por lo que ha pasado estos días. La ceremonia de los premios es el culmen, es sublime, pero en general agradecen lo bien que se ha recogido y transmitido su mensaje, o su trayectoria, o su trabajo... Estaban eufóricos. Bueno, creo que un poco como todos. 

–Y como broche de todo, este año estaba también el foco en la figura engrandecida de la Princesa Leonor. ¿Impecable, no?

–La Princesa está en un momento muy importante y este mes se reunían muchos acontecimientos para ella de trascendencia. Y la hemos visto... como siempre. Muy implicada, muy comprometida, con responsabilidad y con mucha ilusión. Sabedora de lo que son sus obligaciones. La hemos visto muy bien, como siempre, pero con los años lo hace más patente.

–El listón para el próximo año está alto.

–Estamos ya empezando a trabajar para la próxima edición porque es un procedimiento largo, con muchos detalles, con mucha implicación durante mucho tiempo. Solo cogemos un poco de aire, y de nuevo a empezar.