"Es una jornada ciertamente con dureza, pero no la de más de toda la temporada". Gerardo Ruiz le quita hierro al asunto. Reconoce que nunca habían vivido en Pajares una día con tanto frío en la tradicional cita de la pretemporada. Pero aún así, el preparador físico rojiblanco cree que se cumplió el objetivo marcado por el cuadro técnico y que "a pesar del frío los jugadores disfrutaron".

"La dureza debe medirse por la intensidad y no por la cantidad. Hay mucha cuesta, pero van andando y despacio", subraya el preparador físico del Sporting para restar importancia a la primera jornada dura de trabajo de la pretemporada.

La sesión duró en torno a hora y media en el entorno de la estación invernal de Valgrande-Pajares. Una tradición que se mantiene temporada tras temporada y que dos objetivos claros: romper con la rutina y potenciar físicamente las piernas. "Tengo la costumbre de hacer algún tipo de salida de este tipo a la naturaleza, que pensemos que viene bien el salir del entorno habitual. Los jugadores dejan el balón, oxigenan un poco y hacen un trabajo de fuerza importante del tren inferior", destaca Gerardo Ruiz.

Sobre los apartados trabajados durante la mañana en Pajares, el preparador rojiblanco resalta que "hay muchos desniveles en todo el recorrido" y eso hace que la plantilla realice "un trabajo de fuerza al afrontar tantas cuestas, y el trabajo de las articulaciones y musculatura del tren inferior es importante, se refuerza bastante y en ese sentido le viene bien a todos los chavales".

Gerardo Ruiz tiene diseñadas también otras sesiones de trabajo en la playa, que considera mucho más duras que la realizada ayer en Pajares, donde el mayor inconveniente fue el frío o el desnivel. "Pero series de 300 y 2.200 en arena seca pueden ser mucho peores", remarca.

La visita a Pajares sirvió además para ir introduciendo a los nuevos jugadores de la plantilla en el grupo. "De los nuevos, de momento, la impresión que tengo es la mirada y la palmada que les di por haberlo hecho bien, pero en la forma que les vi desarrollar el trabajo estuvieron bien. Para ellos es una novedad, pero esta gente son atletas, que disfrutan con el agonismo del ejercicio", comenta.

Su trabajo de preparador físico va más allá, porque en ocasiones Gerardo Ruiz es también el psicólogo del vestuario. Y las sensaciones que tiene a día de hoy son bastante positivas. "Los grupos se mueven como si fueran un todo, como una manada. Y veo feeling entre todos los chavales", remarca.