El asunto va para largo. La primera batalla se disputó ayer en el juzgado de lo social número 4 de Gijón, poco después de que fracasase el acto de conciliación. Como había hecho Isidro dos semanas antes, Iñaki Tejada y Gerardo Ruiz llevaron al Sporting al juzgado para reclamar la indemnización que entienden que les corresponde tras el despido el pasado mes de enero de todo el cuerpo técnico de Abelardo. Las posturas están distanciadas. Los técnicos reclaman 1,1 millones de euros (600.000 Tejada y 500.000 Gerardo Ruiz, a lo que hay que sumar los 400.000 que reclama Isidro) y el Sporting entiende que les corresponden 143.000 euros aproximadamente a cada uno.

La discrepancia fundamental es la antigüedad que les corresponde. El abogado que representa al club, Iván Suárez, entiende que los técnicos deben percibir el año y medio de salario que tenían firmado en su contrato desde la destitución. Nacho Buylla, abogado de los técnicos, considera que el club tiene que incluir la antigüedad en la indemnización. Con lo que ha cada uno le correspondería dos mensualidades de su último sueldo por cada año trabajado.

El abogado de los técnicos llamó a declarar al nuevo entrenador del Valencia, Marcelino García Toral, quien acreditó que ambos habían trabajado con él durante su etapa en el club. El abogado del Sporting, como ya había hecho en el juicio de Isidro, presentó únicamente pruebas documentales.

El fallo tardará como mínimo algunas semanas en conocerse, pero la batalla jurídica no termina aquí. Ambas partes manifiestan su intención de recurrir al Tribunal Superior de Justicia de Asturias en caso de fallo contrario. La diferencia es que si el que tiene que apelar a una instancia superior es el Sporting, tendrá que consignar o avalar el dinero de la indemnización. En función de en qué momento se produzca la sentencia, esto podría incluso afectarle al tope salarial. Pero incluso hay quien se atrave a mirar mucho más lejos y avisa de que la cuestión se resolverá definitivamente en el Tribunal Supremo.

El Sporting ya tiene consignado en tesorería el dinero que ellos entienden que les corresponde a los técnicos, que sería la mitad de la temporada pasada (el despido se produjo en enero) y un año más con el salario de Segunda División, que es sensiblemente inferior al de Primera. Otro punto de discrepancia entre las partes es la posibilidad de que exista una cláusula techo que limite el importe máximo de la indemnización a percibir.