El sancionado Carlos Castro no será la única baja del Sporting para la visita del domingo a Osasuna. La participación de Lora está descartada dado que continuará convaleciente de los problemas en los isquiotibiales que ya le dejaron fuera la pasada jornada, ante el Lorca. Un encuentro que decidió Rubén García, que se ha convertido en seria duda para jugar en El Sadar. El valenciano continúa con molestias en el muslo que le han impedido entrenarse con sus compañeros tras los dos días de descanso que tuvo la plantilla. Esta mañana se probará en Mareo. Si las molestias persisten, se someterá a una resonancia magnética.

El último goleador del Sporting está entre algodones. Rubén García tuvo que ser sustituido ante el Lorca por una aparente sobrecarga muscular tras hacer el tanto que terminaría dejando los puntos en casa. Los servicios médicos rojiblancos esperaban que tras los dos días de descanso que tuvo el equipo, el futbolista regresara prácticamente recuperado. Sin embargo, tras ser nuevamente valorado, y con el diagnóstico definido en que los músculos afectados son los rotadores derechos, el valenciano se quedó sin poder saltar al césped junto al resto de sus compañeros. Se sometió a tratamiento e hizo trabajo de fisioterapia. Lora, por su parte, tiene una elongación en los isquiotibiales de la pierna izquierda.

Herrera tiene varias opciones para cubrir la ausencia de Rubén García. Varían en función del sistema táctico que utilice, ya que el valenciano arrancó la temporada como extremo, pero la pasada jornada inició el partido como mediapunta, por detrás de Scepovic. El entrenador rojiblanco puede dar entrada a Pablo Pérez o Viguera para el puesto de extremo, o bien reforzar el centro del campo con Moi Gómez y dejar que Carmona actúe bien por banda, o que sea el balear el que ejerza de enlace con el ataque.

El primer entrenamiento de la semana dejó ver en Mareo a un Paco Herrera especialmente intenso. Se pudo comprobar en un ejercicio de posesión y robo de balón. "Las líneas y la defensa juntas, no os desorganicéis", exigió Herrera, a puro grito, para incentivar a sus futbolistas en las labores de presión.