No hay barrera posible para la Mareona. Ni el extraño horario ni el frío de Huesca, con temperaturas de entre dos y tres grados, impidió que en las gradas de El Alcoraz contaran ayer con representación sportinguista. Un centenar de rojiblancos animaron a los de Baraja. Unos, llegados desde Asturias, otros, como la peña sportinguista Barcelona, desde la Ciudad Condal. Toño Luna, sin embargo, no tuvo que moverse de casa. Este oscense al que el amor por los colores le viene por seguir la época dorada del club a través de la televisión, ejerció de anfitrión para todo sportinguista en tierras aragonesas.

"Me hice del Sporting porque, siendo un niño, veía por la tele que el equipo llegaba a finales de Copa y peleaba por el título. Decidí que ése tenía que ser mi equipo", explica Toño Luna. Superada la treintena, asegura que mantiene esa ilusión que alimenta cada vez que "vienen a jugar por aquí. Siempre intento acercarme a verles". Él fue uno de los que estuvo en el hotel de concentración del Sporting en Huesca, momento que aprovechó para guiar a otros seguidores, como los miembros de la peña Barcelona, o los asturianos David Carús y Rubén Jiménez, que se pegaron seis horas de coche para estar en El Alcoraz. El Sporting estuvo representado en Huesca por Javier Fernández, presidente; Javier Martínez, vicepresidente; Ramón de Santiago, secretario del consejo de administración y Miguel Torrecilla, director deportivo rojiblanco. El Huesca rindió homenaje a Quini. Entregó una imagen de San Lorenzo al Sporting para que se la haga llegar a la familia de El Brujo haciendo extensivas las condolencias que ya hicieron llegar tras el fallecimiento del mito rojiblanco.