La batalla por el ascenso se jugaba en El Molinón Enrique Castro 'Quini', aunque mucho antes fuera del estadio algunos quisieran deslucirla con otro tipo de batallas que jamás deberían tener cabida en el fútbol.

En los prolegómenos del encuentro la afición sportinguista ayudó a confeccionar tal y como se había anunciado, un espectacular mosaico que quedará por siempre en el recuerdo de todos los rojiblancos.

Con este ambiente espectacular en las gradas a pesar de la climatología adversa y con un césped una vez más impecable, quizás lo que se echó en falta en la primera parte fue algo más de juego por ambos equipos. Se notaba el miedo a encajar un gol y esto hizo que las precauciones fuesen máximas tanto por parte del Rayo como del propio Sporting.

No hubo así grandes ocasiones en los primeros 45 minutos. La más clara quizás un disparo al larguero en lanzamiento de falta de Rubén García. El Rayo por su parte también buscó las suyas desde fuera del área y con algún centro envenenado al área.

Se llegó así al descanso con un justo empate a ceros y con todo por decidirse en un segundo tiempo, donde la duda era si el Sporting asumiría mayores riesgos para irse a por la victoria.

Nada más reanudarse el juego y a pesar de que en un primer instante el Rayo pareció salir más entonado, disponiendo incluso de una clara ocasión (en la que los visitantes reclamaron penalti en una inexistente mano de Sergio), pronto el equipo de Baraja dejó muy claro que en absoluto se conformaba con un empate.

Con un centro del campo dominado 'imperialmente' por Sergio y Bergantiños, comenzaron así a llegar las aproximaciones tanto de Jony como de Carmona, a quienes se sumaba más arriba Santos con su continua brega. El uruguayo a cada partido que pasa está haciéndose acreedor al máximo esfuerzo por parte del club para conseguir que la próxima temporada sigua vistiendo la elástica rojiblanca. Él y Jony se antojan pilares básicos en cualquier proyecto que pueda generar verdadera ilusión entre el sportinguismo.

Fue precisamente Jony quien en un robo de balón en el centro del campo, cuando transcurría el minuto 67, vio la imponente figura de Santos en mitad de la defensa rayista. El uruguayo a pesar de estar rodeado, controló el esférico y buscó filtrar un pase a Carmona, que sin embargo fue desviado por Elustondo a la red. Gol en propia puerta y partido de cara una vez más para el Sporting.

Apenas dos minutos después pudo el propio Santos sentenciar el encuentro con un impresionante remate en plancha, a centro de Calavera.

Quedaban 20 minutos por delante donde sufrir, pero este Sporting de Baraja con un Mariño que sigue sumando minutos a su imbatibilidad y que volvió a aparecer cuando se le necesitó, está empeñado en hacer honor a su himno. Y es que en El Molinón pasan los encuentros y el Sporting sigue sin tener rival. Y son ya ocho los que van de vacío. Así que la realidad es que tampoco se sufrió más de lo normal en estos casos. Y eso que enfrente estaba una de las mejores delanteras, con un Oscar Trejo que como claro síntoma positivo para el Sporting, apenas se dejó ver durante el partido.

Tras esta victoria más que merecida, los números de Baraja comienzan a ser más que notables. Y aunque al final en el fútbol los números son los que mandan, el cambio en la mentalidad de los jugadores es también más que notorio.

De este modo cuando el 'Pipo' aterrizó en Gijón, ni los más optimistas se hubiesen imaginado que el equipo sería capaz de encarrilar ocho victorias consecutivas en casa, con cinco triunfos logrados en los últimos cinco partidos. Y con siete partidos sin encajar un solo gol.

Números que además no se han logrado contra equipos de media tabla, sino que ha habido un poco de todo. Y la mejor prueba de ello han sido estas dos últimas jornadas donde el Sporting ha tumbado de manera consecutiva a los dos primeros equipos de la clasificación. Y con relativa solvencia.

Con 30 puntos aún en juego y con el ascenso directo a sólo 2 puntos, sería una irresponsabilidad echar las campanas al vuelo. Queda mucha tela que cortar pero a día de hoy nadie puede poner en duda que este Sporting vuela como un rayo hacia la Primera División.

Post Scriptum: si aún no lo ha hecho a estas horas, no estaría nunca demás que un club señor como es el Real Sporting, se manifestara pública y rotundamente en relación a lo acontencido con los autocares que traían a Gijón a aficionados pertenecientes a la Federación de Peñas del Rayo Vallecano.