Baraja volvió a mostrar ayer que no utiliza lo que trabaja durante la semana para fomentar las especulaciones del entorno y tratar de engañar al rival. Costumbres en las que algunos viejos entrenadores siguen anclados para luego hacer jugar a los de siempre. El Pipo mostró en los entrenamientos que habría una pequeña revolución en el once respecto al que cayó en Pamplona. Lo hizo y le salió bien: Canella subió por su banda como en sus mejores tiempos, Álvaro, además del gol, apareció por su zona como no había hecho antes, Sousa robó, corrió y dio... Ahora lo único que falta es que los delanteros vean puerta. Uros suma partidos y sigue a cero. Ayer tuvo una, la que precedió al penalti sobre Carmona. Por Blackman todavía habrá que esperar después recuperarse hace un par de semanas de la lesión con la que aterrizó en Gijón. Ayer dejó detalles. Ahora falta ver cuál de los dos aportará lo goles necesarios para alcanzar el objetivo.