El Sporting dijo adiós en La Romareda a cualquier esperanza que pudiese quedarle para engancharse al playoff de ascenso. Y lo hizo además encajando cuatro goles; algo que no se había dado en todo lo que iba de temporada. Y es que sólo el Rayo Majadahonda había conseguido en un mismo partido, perforar la portería sportinguista en más de dos ocasiones.

Duro correctivo por tanto el sufrido por un Sporting al que solo le valía ganar. Y que por dos veces fue capaz de adelantarse en el marcador. Sin embargo los maños, en apariencia con menos urgencias por sumar los tres puntos, en ningún momento se conformaron con el empate que también por dos veces alcanzaron, no cejando en su empeño hasta conseguir alzarse con la victoria. Merecida por otra parte.

Tras acumular tres empates y una derrota en las cuatro últimas jornadas, vestido ya sin su chándal de la suerte, José Alberto prefirió no hacer experimentos en la alineación inicial, optando así por su habitual 4-4-2, recuperando a Uros en la delantera y dando entrada a Cristian por el sancionado Nacho Méndez. Al luanquín como cabía esperar, se le echó muy de menos a la hora de disponer de un jugador con capacidad de llevar algo de sentido al juego.

Comenzó aceptablemente bien el partido el Sporting, con una intensidad que se había echado en falta en el último encuentro disputado en casa. Pero a pesar de ello, muy pronto, en el minuto 7, llegó el primer susto del Zaragoza, en una clara ocasión abortada por Dani Martín (el guaje a pesar de los cuatro goles, fue de lo mejor en La Romareda).

Fue precisamente en la contra que se generó tras su gran intervención, donde Uros aprovechó el regalo de la zaga local en su pelea con Alegría, para ceder a Lod, quien con su pierna derecha envió el balón al fondo de la red. Mejor forma de comenzar un partido, imposible.

Intentó reponerse el Zaragoza de inmediato, encontrándose de nuevo con la respuesta de Dani. El Sporting intentaba poner freno a la reacción zaragocista, y de hecho pudo volver a marcar en el minuto 20, en una falta botada por Traver. El ligero desvío por parte del cancerbero local despistó a Uros, quien no supo atinar su remate, completamente solo en el segundo palo.

Poco después, un despiste de Cofie pudo suponer el empate, pero la acción consiguiente que acabó en gol, fue anulada por fuera de juego. Mayor fue aún el error de los centrales maños en el minuto 27, que permitieron que otra vez Uros pudiese poner mayor distancia de por medio en el marcador. Su remate fue salvado con acierto por el guardamenta Cristian Alvarez.

El partido se movía en un continuo ida y venida, vistoso para el espectador, pero quizás demasiado arriegado para el Sporting, incapaz de poner algo de pausa al juego. Llegó de esta forma en el minuto 39 el empate del Zaragoza, tras una circulación de balón en la frontal del área, con posterior apertura a banda y centro al área, donde Babin, pierde por completo la marca de Alvaro Vazquez, quien fusila a Dani.

Se llegaba así al descanso con un empate justo por los méritos contraídos por unos y otros, y con la incógnita entre los aficionados rojiblancos, de si el gol encajado afectaría a los suyos desde el punto de vista psicológico.

Apenas se había reiniciado el encuentro cuando esas dudas parecieron disiparse con el segundo tanto sportinguista, otra vez obra de Lod, en una acción individual dentro del área pequeña, en la que el finés dejó constancia de la calidad técnica que atesora.

Con el marcador por segunda vez a favor, el Sporting esta vez sí que buscó ralentirar el juego, ante la desesperación de los aficionados locales, muy decepcionados con su equipo durante toda la temporada, especialmente en los partidos celebrados en La Romareda y en los que hasta la fecha, el Zaragoza únicamente había logrado cinco victorias, siendo con ello el cuarto peor equipo como local.

En el minuto 65, poco después de una jugada en la que el árbitro señaló fuera de juego a Uros, mientras que el serbio por su parte pedía penalti, y cuando se acababa de producir el primer cambio en las filas zaragocistas, fue precisamente el jugador recién entrado al campo, Papu, quien a raíz de un saque de esquina y con la colaboración de la zaga sportinguista, incapaz de despejar el balón de su área, consiguió devolver las tablas al marcador.

Sin tiempo casi para recomponerse por el golpe recibido, tan solo cuatro minutos después, llegó el tercero, merced a un buen centro desde el costado defendido por Geraldes y en el que Alvaro Vazquez volvió a ser el más listo de la clase, al ganarle la espalda a Molinero.

Culminada la remontada maña y con solo un cuarto de hora por delante, pensar en cualquier reacción por parte del Sporting se antojaba casi una utopía, teniendo sobre todo en cuenta cómo había acabado el equipo sus últimos partidos a nivel físico.

Lo intentó en todo caso José Alberto moviendo ficha, aunque puede que demasiado tarde. Se fue primero un intermitente Cofie para dar entrada a Sousa. Y en el minuto 81, justo después de que Dani salvase el cuarto, entró Pablo Pérez por Traver. El último cambio, de Pedro Díaz por Lod, se ciñó casi a lo anecdótico y por darle la oportunidad al guaje de debutar en Liga. Pero estaba claro que el partido había muerto desde el 3-2.

Por si el castigo no fuese suficiente, llegó todavía el cuarto gol del Zaragoza en el primer minuto de descuento. Si la pelota antes del centro, había o no salido por la línea de fondo daba hasta igual, vistas las caras de los jugadores sportinguistas. Ni ellos mismos se explicaban cómo había acabado en goleada, un encuentro donde no pudieron tener mayores facilidades por parte de su rival. Aunque la explicación sea tan sencilla como que mayores aún fueron las ofrecidas por el Sporting al Zaragoza.

Derrota así pues que a falta de tres jornadas (dos partidos únicamente, por el que no se jugará ante el Reus), finiquita el segundo proyecto 'made in Torrecilla'. Corresponderá ahora a quien toma las decisiones, decidir la continuidad o no del director deportivo, a la vista del rendimiento obtenido por su política de fichajes. De lo que no hay duda es de que tras el partido en La Romareda, a más de uno se le debería poner la cara colorada. A los aficionados no nos queda más que resignarnos a la evidencia: colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Post Scriptum: durante la semana fue noticia la Gala de La Liga por su 90 Aniversario, y donde el El Molinón Enrique Castro 'Quini' recibió el premio al estadio más antiguo de la competición. Visto lo que sucedió durante la entrega, tal vez se explica la tardanza por parte del club en divulgar en redes sociales el galardón recibido.