En un partido como tantos que lleva protagonizado este Sporting 'made in Torrecilla, horrible a más no poder, al menos los tres puntos volvieron a quedarse en un estadio de El Molinón Enrique Castro 'Quini', que a cada jornada presenta un aspecto más despoblado. No es para menos.

Segunda victoria por tanto para Djukic como local, que de este modo consigue que el equipo tome algo de oxígeno en la clasificación, quedando este a falta de la conclusión del resto de encuentros de la jornada, en esa famosa 'tierra de nadie'. Quizás con ello se puedan volver a celebrar los goles en contra de los equipos de la parte noble de la clasificación, en lugar de los recibidos por los de abajo. Lo que ha cambiado la película.

Tras el pobrísimo nivel ofrecido en Soria, llegaba un Fuenlabrada en plena racha de empates y metido de lleno precisamente en esa zona privilegiada de la tabla, nueve puntos por encima del Sporting.

Para la cita decidió Djukic dos cambios fundamentales con respecto al equipo inicial de Soria: situar a Cristian como pareja de Pedro Díaz en el centro del campo. Y por otra parte, dar entrada a Álvaro como segundo delantero. Los damnificados por estas variaciones fueron Javi Fuego y Aitor García. El onubense se quedó ante el Fuenla sin disputar un solo minuto.

Empezaron bien los madrileños, con continuos balones al área sportinguista, donde los defensores locales daban muestras un nerviosismo más que preocupante.

Otra vez Hugo Fraile, ex del Sporting y ya protagonista en el partido de ida, volvió a ser un auténtico dolor de muelas para la zaga rojiblanca.

No se había llegado a los diez minutos de juego, cuando Mariño tuvo que salvar por primera vez a los suyos del primer gol en contra. Gran intervención del meta gallego. En el consiguiente saque de esquina, el Fuenla vuelve a disponer de otra clara ocasión, que malogra, pero que hace que se escuchen los primeros pitos en El Molinón.

En el minuto 16, Hugo Fraile sienta a Damián y envía a Netka que remata defectuosamente con todo a favor.

Con continuas imprecisiones por ambos bandos, en el minuto 24, llega la que sería a la postre la jugada clave del partido. Falta en las proximidades del área, teóricamente ideal para el lanzamiento de un jugador zurdo. Sin embargo, Pedro Díaz toma la responsabilidad del mismo y envía con un preciso golpeo con el interior de su pie derecho a la mismísima escuadra, tras superar la barrera madrileña. Gol de bandera para un jugador de la casa. Para el canterano es su segundo gol en lo que va de temporada.

El Fuenlabrada se ve así de repente con el marcador en contra, a la primera ocasión clara que había dispuesto el Sporting. Aun así sigue con su mismo patrón de juego, buscando colgar balones y ganando prácticamente todos los unos contra unos aéreos, merced a su potente y veterana pareja de centrales.

El Sporting por su parte, parece tranquilizar sus nervios tras el gol conseguido. Con todo, siguen sin aparecer jugadores claves como Carmona o Manu García.

Pudo aun así el equipo sportinguista llegar aún con una diferencia más holgada al descanso, de no haber fallado Babin sendas ocasiones, casi a placer, en el minuto 35 y en el 40. En la primera envía fuera con el pie un balón que no era difícil de embocar entre los tres palos. Y en la segunda remata también fuera de cabeza, en otra acción donde lo más complicado parecía enviarla fuera.

Poco antes de ese descanso, Uros vio cómo se le mostraba la enésima tarjeta por protestar, en una jugada que además no admitía discusión alguna. Alguien debería decirle ya al serbio que no es normal que un delantero centro lleve semejante número de tarjetas acumuladas.

Como cabía esperar, el paso por los vestuarios sirvió para que el Sporting volviese con la clara idea de cerrar bien atrás la defensa, buscando alguna contra para sentenciar el encuentro. De esta manera, cedía la posesión al Fuenla, que al final de los 90 minutos alcanzó el 60%.

Una parada a Carmona en el minuto 53 y sobre todo una asistencia de Alvaro a Uros en el 63, donde el serbio volvió a demostrar su torpeza a la hora de controlar un balón cara a puerta, fueron el mayor peligro que ofreció el Sporting durante esta franja del partido.

El choque comienza a entrar en una fase con errores por ambos bandos, que se traduce en un juego paupérrimo, insufrible para cualquier buen aficionado al fútbol. Lo único positivo seguía siendo el resultado a favor.

En el minuto 75 Djukic mueve por primera vez su banquillo, dando entrada a Pablo Pérez por Uros. En el 83 es Javi Fuego quien reemplaza a Alvaro. En ambos casos lo que buscaba el serbio es claramente disponer de mayor posesión de balón, tanto en fase de ataque (con Pablo como referente) como en el centro del campo (con Javi Fuego apoyando a Cristian y Pedro).

Todavía tuvo que intervernir Mariño en el 87, con una buena estirada abajo en un disparo al primer palo en una de las numerosísimas acciones a balón parado de las que dispuso el Fuenlabrada. Por fortuna para los locales, sin excesivo acierto.

Fueron seis los minutos de descuento, pero apenas si dieron para mayores sustos en la parroquia local. Aprovechó Djukic para agotar sus tres cambios, entrando Alvaro Traver por un Carmona, que se fue entre división de opiniones. De los últimos partidos ofrecidos por el balear, el de este sábado no fue de los peores.

El Sporting logra por tanto una victoria de lo más gris, pero triunfo al fin y al cabo. La ventaja que toma sobre los puestos de abajo, debería servirle para jugar con mayor tranquilidad y menores urgencias, pues a estas alturas, pocos o muy pocos de verdad se pueden creer que un equipo con semejantes carencias, pueda optar a algo más que a salvar la categoría sin demasiados apremios.

La próxima jornada ante el Tenerife, otro de los equipos de la parte baja de la clasificación, podría ser un buen lugar para que Djukic se estrenase también lejos de la vera del río Piles. Que así sea y sobre todo, que esta temporada se acabe cuanto antes.

Post Scriptum: a escasos días de que se cierre el mercado invernal, se hace complicado el aceptar el que con semejante volumen de partidos y jugadores que dicen haber visto en Mareo quienes prestan sus servicios al propio director deportivo, y con el excelso conocimiento que este dispone sobre otros mercados, sean entre todos incapaces de traer algo que mejore lo presente.