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Espeso colecciona derbis

l El jugador del Sporting B vive en La Corredoria y suma 17 años en Mareo l "Compites por ser el mejor de Asturias", dice del duelo ante el Vetusta

Espeso, de rojiblanco, ante Dani Benítez, en un derbi de Primera alevín.

"La semana de derbi se palpa en el ambiente, desde pequeñito. Hay piquilla, la gente te vacila por la calle. Muchos me dicen, entre bromas, que en la grada del Tartiere me van a apretar". Berto Espeso sabe lo que es defender los colores del Sporting en casa del eterno rival. A sus 21 años, lleva toda la vida viviendo en el barrio ovetense de La Corredoria, donde se tiene bien presente el partido que enfrentará este domingo al Vetusta y al Sporting B en el campo azul. "En mi pandilla de amigos hay más gente del Oviedo que del Sporting", dice el rojiblanco, uno de los jugadores del vestuario con más arraigo en el club: cumple su temporada decimoséptima en Mareo.

"Es el partido de mayor tensión y también el que más se disfruta. Ganar te da un plus. Defiendes quién es el mejor de Asturias", explica Berto Espeso sobre los muchos derbis que lleva ya a sus espaldas. "Hay dos que tengo marcados, los de mi etapa en el infantil A y en el cadete A del Sporting. En ambas ocasiones nos proclamamos campeones de Liga después de ganarles en su campo", apunta con una sonrisa de satisfacción que sólo da la victoria en este tipo de partidos. La historia de cómo un niño de La Corredoria termina triunfando en Mareo tiene algo de casual y mucho de apuesta personal cuando tocaba dar el salto a benjamines.

"Con 4 años, gente del club de La Corredoria me vieron jugando a fútbol con mi madre (Ana) en el parque de Cuatro Caños. Debí gustarles porque pidieron permiso a la Federación para poder tramitar mi ficha (la edad mínima para competir es de un año más). Tras la segunda temporada lo compatibilicé también con entrenamientos en la Escuela de Fútbol de Mareo (equipo formativo vinculado al Sporting que funciona como una academia y en el que puede inscribirse cualquier niño). Competía con La Corredoria, pero iba a Gijón también a entrenarme", detalla. Aquel zurdo tardó poco en volver a llamar la atención. "A los dos años me llamó el Oviedo y el Covadonga. Me iba a ir al Covadonga cuando Iván Díaz, mi entrenador en la Escuela, fue nombrado entrenador de pista en el Sporting", explica. Iván lo quiso a su lado. Desde entonces Espeso ya sólo sabe jugar con el Sporting.

"Llegamos al derbi en buena dinámica, tras hacer uno de los mejores partidos de la temporada ante el Atlético Baleares. Si transmitimos fuera lo que hacemos en casa será difícil ganarnos", dice el jugador rojiblanco, que mantiene relación con varios canteranos del Oviedo como Ricky, los gemelos Mier o Viti, entre otros. "Ellos empezaron bien, pero creo que después acusaron el cambio de entrenador", añade en relación a la marcha de Rozada del Vetusta.

Espeso tendrá la oportunidad de jugar por segunda vez en el Tartiere, campo que ya visitó la pasada temporada con el filial "con poca fortuna", ya que cayeron derrotados. "Lo pasé mejor el día que fui como espectador en el 1-4 del filial con goles de Jony, Yacine, Ndi y Pablo Pérez", apunta, mordaz. En lo personal, no está siendo un año fácil para el canterano. "No estoy participando mucho, pero no voy a bajar los brazos. Cuando debuté con el primer equipo llevaba un mes y medio sin jugar. Me tomo cada entrenamiento como si fuera el último", comenta. En junio expira su contrato. "Ese tema lo llevan mis padres y mis representantes. No me paro a pensar en ello, ni quiero. El Sporting es mi casa, es difícil imaginar que llegará un día que tenga que irme", concluye.

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