El Sporting se ha encontrado en las defensas rivales a su mejor aliado en su vuelta al fútbol tras el confinamiento. Los tres goles que suman los rojiblancos en las cuatro últimas jornadas disputadas han llegado a través de despistes del rival en los últimos metros bien aprovechados por los gijoneses. Sucedió en Alcorcón, donde los dos goles del equipo llegaron, primero, en propia puerta y, después, en un resbalón de la zaga alfarera. Y volvió a repetirse el pasado jueves, en Vallecas, donde Álvaro Vázquez marcó tras una carambola en un mal despeje del Rayo en un saque de falta desde la derecha.

Djukic asume que al Sporting le falta gol. Una carencia que ha dejado cojo al equipo durante toda la temporada y que durante el parón por la pandemia no ha conseguido corregir a tenor de los resultados que ha registrado el equipo en los últimos cuatro partidos disputados. Ni consiguió ver puerta en el empate ante el Deportivo de La Coruña en Riazor, ni tampoco en la derrota ente el Oviedo en El Molinón, durante el derbi asturiano. La visita a Alcorcón y el duelo ante el Rayo en Vallecas dejaron los únicos tantos. Todos, con cierta ayuda del contrario.

En Santo Domingo, el Sporting consiguió adelantarse en el marcador a los 18 minutos después de que una falta lateral botada por Pedro Díaz acabara cabeceada por Luis Perea, jugador del Alcorcón, sobre su propia portería. No se quedó ahí. Cinco minutos después, Nacho Méndez lanzó un centro desde la banda izquierda buscando en el corazón del área a Uros Djurdjevic. La marca del serbio era Adrián Diéguez, quien sufrió un inoportuno resbalón antes de que el balón llegara a las botas del delantero serbio. El rojiblanco ganó un valioso tiempo para controlar y cruzar el balón de una manera inapelable para hacer el segundo y definitivo tanto del partido.

La visita a Vallecas volvió a contar con una jugada afortunada para un Sporting que tomó aire gracias a la carambola en la que se convirtió el despeje de Óscar Valentín a otra falta lateral, esta vez sacada por Aitor García. El balón se estrelló en el tacón de Juan Villar, llegando la pelota a Álvaro Vázquez, quien aprovechó el regalo con un gran disparo al palo largo.

El Sporting retomó la competición en La Coruña dando muestras de que el equipo seguía acusando esa falta de pegada que ya le costó caro durante el periodo previo al confinamiento. Ante el Dépor, el equipo desperdició situaciones como un mano a mano de Murilo que terminó estrellándose en el palo o otra clara oportunidad en botas de Manu García, cuyo remate, un tanto centrado, terminó despejado por Dani Giménez y despejado después, casi sobre la línea, por el defensa deportivista Peru.

El peor balance ofensivo del equipo se dio ante el Oviedo, donde las dos aproximaciones más peligrosas del Sporting llegaron a través de sus dos centrales en ese encuentro, Molinero y Babin. Ambas, a remate de cabeza tras acción a balón parado. En el caso de Molinero, respondida con una gran mano de Lunin, guardameta azul. En cuanto a Babin, el de Martinica consiguió enviarla al fondo de la red. Una y otra acción, en cualquier caso, acabaron anuladas por fuera de juego.

La llegada del Lugo a El Molinón, rival de esta tarde de los rojiblancos, vuelve a poner sobre la lupa la eficacia del equipo en los últimos metros y, también, la claridad de los rojiblancos para crear oportunidades en área rival. Una asignatura, esta última, que es otra de las causas de la escasa pólvora en ataque.